jueves, 24 de octubre de 2013

CAPÍTULO 14.

-¡AAAAAARG!
Un gran grito hace que súbitamente mis ojos se abran y no solo ellos sean los que se muevan, ya que todo mi cuerpo reacciona y casi me caigo de la cama del susto. Justo en el borde de ella y con la vista aún borrosa, observo como Niall se descojona en la otra punta de la habitación, encorvado, con ambas manos sobre su vientre y los ojos cerrados.
-¡¿Pero por qué no te has caído!? ¡Me has estropeado el vídeo!- Dice, con la risa entrecortando sus palabras.
Veo que su móvil está apoyado en la mesita de noche, aún grabando la cara de gilipollas que se me ha quedado.
-¡Cabrón! ¡"Joputa"! ¿Y tú pa´ que me grabas?- Le grito en español, con mi acento andaluz más marcado que nunca.
-No he entendido nada, pero seguro que no me has dicho nada bueno.- Aún mantiene una gran sonrisa en su rostro y varias lágrimas de haberse reído tan fuerte en el borde de sus ojos. Me levanto con la almohada entre los brazos y me dirijo hacia él, que ya sabe mis intenciones. Esquiva mis movimientos y acaba huyendo de mi por toda la habitación.
-¡Te he dado los buenos días de una forma original!
-¡Vete a la mierda!
En una de sus risas por verme furiosa correteando descalza, el pijama descolocado y el pelo sobre la cara, le doy de lleno con la almohada y da una pequeña queja de supuesto dolor.
-Nenaza.
-¿Cómo?
-Es imposible que eso te haya dolido.
-Repite lo de antes.
Ahora soy yo la que empieza a huir de él mientras grito "Nenaza" cada vez más fuerte. Intenta acorralarme pero entro en el baño dándole con la puerta en las narices.
-Bueno, ya saldrás de ahí...
-¡Puede que tarde!- Le contesto riéndome.
Y no le miento, ya que aprovecho para lavarme los dientes y, pensándolo bien, acabo duchándome. En lo que no caigo es en que no tengo ropa limpia aquí dentro, así que accedo a salir con una toalla alrededor del cuerpo y el pelo mojado cayendo en mi espalda.
Abro la puerta muy, muy despacio y llamo su nombre al no verle.
-¿Niall?
De repente da un grito similar al de antes y aparece abrazando mi cadera por detrás. Alarga su grito a la vez que yo comienzo uno nuevo hasta que me tira sobre la cama y yo lucho por no dejar caer mi toalla. No me deja escapatoria poniéndose encima mía, con sus brazos a ambos lados y sus piernas sujetando las mías.
-Niall suéltam...
Me besa callando mis quejas y tan fuerte que me duele la presión de sus labios sobre los míos. Finalmente, ambos sonreímos y después los mordiscos se multiplican alrededor de nuestro cuello. Sus besos cerca de mi clavículas me hacen temblar de tal manera que agarro su camiseta por la espalda hasta el punto de subirla del todo, y casi como un acto reflejo se la quito y la tiro con fuerza.
-Te tendré.- Me da un cálido beso en el cuello.- Te tendré muy pronto.- Su aliento hace que suspire profundamente.
-Y...¿Por qué no tenerme ahora?
Levanta su cabeza y me mira con esos ojos en los que encuentro incluso más calor que con su aliento sobre mi cuello.
-No preguntes más, solo puedo decirte que merece la pena esperar hasta estar en... "ese sitio especial".
Cae a mi lado sobre la cama suspirando. Su sonrisa aparece a la vez que cierra los ojos.
-Pues no me hagas preguntarlas.- Digo, con tono de risa.
-¿Y qué quieres que haga, si sales de ahí con solo una toalla encima?
-Es como suele salir la gente tras una ducha, ¿sabes?- Me burlo de él.
-Ja-ja-ja, qué graciosa- Dice sarcásticamente.
-Voy a vestirme.
-Y supongo que te volverás a meter en el baño...
-Supones bien.
-¿Y por qué no te vistes aquí?- Dice, a la vez que me sigue con la mirada mientras cojo la ropa que me voy a poner hoy.
-Por que no estamos en "ese sitio especial"- Me río de él antes de cerrar la puerta del baño. Le oigo quejarse en voz alta y sonrío porque a pesar de sus intenciones, sigue siendo adorable en todo momento.

Me pongo unos vaqueros largos que me están grandes por abajo, así que me los remango hasta que los subo a la altura de mis tobillos, una camisa azul cielo y una camiseta de tirantes con la cual me veo demasiado pecho. Sin  embargo, decido dejarlo así y calzarme una de las pocas Vans que tengo, ya que siempre que he tenido dinero para darme caprichos caros he preferido las Converses.
"Voy tan al estilo de Louis..." Pienso divertida.
Niall entra al baño a peinarse y con un pequeño empujón con la cadera me aparta de delante del espejo y coge un peine, pero antes de que pueda hacer nada intento apartarle con las dos manos para recuperar mi puesto, y así iniciamos otra pelea. Parecería una pelea romántica de novios adorables si no fuese por mis constantes palabrotas en español y las suyas en inglés, las cuales tengo la ventaja de entender. Se sujeta en el tocador del baño y hace fuerza con los brazos para que mis empujones no sirvan de nada hasta tal punto de que su cara se enrojece y sus brazos tiemblan.
-¡Para, que te vas a marear!
-Es que a parte de voz de tío tienes fuerza de tío.- Me saca la lengua al decir eso y yo giro la cara moviendo el pelo a posta frenéticamente dejando claro que estoy indignada.
-Oh, venga no te enfades- Ahora se acerca a mi y me abraza, apoyando su barbilla en mi hombro. Ambos nos hablamos mirándonos en el espejo. Me emociona la sola imagen de sus manos, el doble de grandes que las mías,que son enanas, apoyadas sobre mi vientre. Sonrío bajando la mirada.
-¿Crees que puedes llamarme tío y luego quedar bien abrazándome?
-Pero chiquitaja, si con camisetas como esta me queda bien claro que no eres un tío.
Me empiezo a reír muy fuerte y él lo hace a la misma vez y el doble, ya que es un exagerado con esas grandes carcajadas poniendo la voz aguda.
-Eres un salido.
-Parece que hoy te lo vas a tomar todo mal, ¿no?
-Déjame, anda.- Me desprendo de sus brazos.
-¡Encima que te digo cumplidos! No como tu, que me dices de todo lo malo...
Dejo la puerta del baño abierta y le observo peinarse, mirándose al espejo tan atento como yo le miro a él.
Se ha vestido muy bien, con una sudadera gris, unos vaqueros algo caídos y unas Nike blancas muy altas. Esbozo una sonrisa al ver como intenta peinarse el pelo alborotado, pero los mechones rubios se escapan de su sitio.
Creo que si empezase a decir lo que me gusta de él tendría que matarme para callarme. Desde esos pies fríos que le encanta calmar con el calor de los míos cuando dormimos juntos, pasando por sus grandes brazos que me rodean y hasta podría caber otra Marina en sus abrazos, hasta esos ojos que me transmiten de todo.
Se da cuenta de que le estoy mirando y viene hacia la puerta.
-¿Y esas miradas?- Levanta una ceja más que la otra.
-¿Qué? ¿Es que tu puedes mirarme y yo no?
-Yo no he dicho eso.
-Pues entonces te miro cuando quiera.
-Pues yo también.
-Pues vale.
-Pues eso.
Y ahora, nuestra guerra es de miradas, pero no dura mucho por su parte, ya que la risa le viene a los labios en cuestión de segundos.
Finalmente bajamos a desayunar y nos dejamos de tanto cachondeo y cursiladas mezcladas.


Cuando llegamos a la puerta de la terraza donde ponen los desayunos sólo están Frai, Sofía, Paula, Louis y Zayn. Como era de esperar, a Niall solo le hacen falta unos minutos para convencerles de entrar e ir cogiéndonos la comida.
El desayuno resulta ser un bufét libre, pero aquí hay tanta comida como para acabar con el hambre en el mundo por varios años. Camino unos pasos hacia las bandejas mientras observo el lugar con la boca abierta.
-Y yo solo quería un par de tostadas...- Susurro hacia mis adentros, pero Zayn me oye.
-¿Sabes quién eligió el hotel?- Dice, cogiendo una bandeja.
-¿Niall?
-Y yo hizo por ti. Como todo lo que hace últimamente. "A Marina seguro que le gustan estas vistas".- Intenta poner la voz grave con acento irlandés de Niall y yo me río de él.
-¿Qué vistas? ¿Toda esta comida?- Me río aún más.
-No, ven...
Zayn me coge del brazo y me hace salir a la terraza dónde están las mesas y sillas para desayunar. Al segundo me quedo sin respiración, porque estoy en uno de los sitios más increíbles en los que he estado nunca.
La terraza se encuentra en una especie de hueco entre otros grandes hoteles, unos más altos que nosotros y otros mucho más bajos. Tan solo de estar aquí te da la sensación de sobrevolar la ciudad de México, y además, muy al fondo, puede verse el agua de la playa más cercana. Es como si estuviese en el centro de plena ciudad y, de repente, en la enorme playa de blanca arena.
-¡Joder Zayn! ¡Quería darle yo la sorpresa!- Niall aparece con una bandeja a reventar de comida de todas clases y se sitúa en una mesa.
-Si no te hubieses ido a por la comida tan desesperadamente...
De repente, todos los demás aparecen de golpe en la terraza y se oyen gritos y exclamaciones de lo increíble que es este lugar. Niall se pone a mi lado y me pregunta tímidamente: "¿te gusta?" y no puedo hacer otra cosa que no sea susurrar "Me encanta."
Juntamos varias mesas hasta estar todos juntos. Dani me da los buenos días y se sienta a mi lado.
-Tienes mala cara- Le comento.
-No he dormido bien...
-Claro, "dormir"...- Levanto mis cejas y pongo una sonrisa pícara.
-¡Te estoy diciendo la verdad! No me encuentro muy bien...- Dice, con una sonrisa cansada.
Ponemos todos nuestras bandejas encima y empezamos a comer contando las gilipolleces de siempre, pero al cabo de un rato decido poner orden y contar mi plan de quedadas para que más Directioners puedan conocer a los chicos.
Tras algo de silencio recibo ánimos y algún que otro aplauso por parte de las bailarinas. Los chicos me miran sonrientes y hasta me atrevo a decir que orgullosos.
-Va a ser difícil convencer a...
-Ya sé que yo no soy la que manda, pero, joder, ¡quiero intentarlo!- Ni siquiera dejo terminar de hablar a Liam.
- Yo creo que deberías hablar tú. - Dice Harry- Hoy te voy a presentar a mucha gente que viaja con nosotros y que te vendrá bien su amistad para eso.
-Gracias Harry- Le digo, muy ilusionada- Pero antes tenemos que conocer a los profesores- Contesto, mirando a Dani.
-Tenemos tiempo.
-Entonces, ¿voy difundiendo una quedada?- Lanzo esta pregunta para todos y recibo muchos "sí" y cabezas asintiendo.
Miro la hora y solo tenemos 18 minutos más para comer. Como de todas formas yo no puedo más y Dani no se encuentra bien, nos despedimos de todos y, con la vista, le digo adiós al lugar. Nada más entrar en el ascensor, abro en Twitter mi antigua cuenta de Directioner falsa, en la cual me llamaba Nicole, cambio algunas cosas y pongo varios tweets, a los que hago RT con mi cuenta verdadera de Twitter para que la gente los vea, pero sin levantar sospechas mayores. Ahora me llamo Sara y soy mexicana. Dani se crea una cuenta en la que se llama Sonia y es mi amiga. Ya irá ganando seguidores en cuanto vea que Danielle Robles y Marina Gijón dan RT a sus tweets. Cada una vamos a nuestras habitaciones, cogemos nuestros papeles, carpetas, bolígrafos etc, y volvemos a recepción a esperar a Paul.

Un rato después aparece con cuatro profesores, a los cuales intento observar mientras se acercan y nos presentan.
-Qué puntuales, así me gusta. Bueno, profesores, estas son Danielle y Marina. Danielle, Marina, estos son Mrs Lekker, Mrs. Looper, El señor Walter y Peter.
Dos hombres y dos mujeres de distinta edad nos tienden la mano conforme Paul va pronunciando sus nombres. Me sorprende que todos sean tratados de usted menos éste último, Peter.
-Como ambas estudiáis cosas distintas, dos profesores van con Dani y dos con Marina. Marina, a a ti te dan clase Mrs Lekker y Peter, Dani, a ti Mrs Looper y Mr. Walter.
Nos sonreímos educadamente. La verdad es que este tal Peter tiene pinta de ser el típico profesor que es amigo de sus alumnos. Viste unas deportivas, vaqueros y polo verde, mientras los demás van mucho más elegantes, y las dos mujeres llevan demasiado maquillaje.
-Daréis clases en vuestras habitaciones, ya que allí tenéis todas las facilidades para ello. Bueno, creo que ya está todo. Coged las llaves en recepción, si me necesitáis estoy con las bailarinas en el ensayo.
-Adiós- Nos despedimos todos de Paul casi a la vez. En recepción damos nuestros nombres y nos lanzamos una mirada de despedida antes de irnos cada una a nuestras habitaciones.



Las clase de hoy solo ha servido para establecer un horario entre ambos profesores y para presentarnos y conocernos un poco mejor, cosa que, por supuesto, ha propuesto Peter. Si fuese por Mrs Lekker hubiésemos empezado la clase hoy mismo.
Gracias a ese ratito hablando ellos saben la razón por la que estoy viajando en un tour mundial de un grupo tan famoso, aunque muy resumidamente, y yo sé que Peter es un hombre con familia y que Mrs Lekker tiene marido, pero sus hijos ya son mayores y viven muy lejos. Aunque quiere aparentar ser dura y estricta, se le ha dibujado una sonrisa adorable al hablar de su familia que no se puede comparar ni con la alegría constante de Peter.
Dani dice que también le ha ido bien, y que  ha empezado a dar clase pero no ha hecho mucho. Lo que las dos tenemos bien claro es que si queremos seguir aquí tenemos que tomarnos las clases tan en serio como si siguiésemos en España.
Presiono a Dani para darnos prisa y bajar a comer, ya que estoy muerta de hambre, pero ella sigue encontrándose mal y se monta con pasos lentos en el ascensor.
Entramos en el restaurante a grito de "!Impacientes¡" cuando les veo a todos comiendo con desesperación.
-Qué poca educación...- Dice Dani, con voz excesivamente refinada. Varios se ríen mientras tomamos asiento y nos pedimos algo para comer.
A mi lado tengo a Harry, el cual agacha su cabeza para que le toque el pelo en señal de saludo, como siempre, y se ríe con esos preciosos hoyuelos que le salen.
De repente, con una mirada rápida, veo algo que no me gusta. Miro de reojo y les observo, sentados juntos, hablando. Frai entra en juego y la importante conversación que tuve con Elena vuelve a mi cabeza. Ya se me había olvidado que debo impedir que ésta falsa destroce la relación de uno de mis mejores amigos y que deje en paz a mi prima.
Mientras pienso en algo para desviar su conversación con él, me doy cuenta de otras dos personas que charlan con alegría...Bueno, al menos por una parte. Harry habla con Vito, la cual está sentada a su lado. Charlan sobre algo que ha pasado hoy en los ensayos, y yo dejo de lado a Frai al percatarme de que Vito solo asiente y come, pero ni siquiera sonríe o pone interés...Es como si asintiese para complacerle. De vez en cuando le mira y asiente con más ímpetu. Da la sensación de que intenta...¿pasar de él?
O Harry es muy pesado con ella, o es tonta. Cielo, Harry está ligando contigo, podrías al menos escucharle, ¿no? Joder, de repente me he puesto de mala hostia y todo. Vito, no lo estropees, por dios, no podría soportar que la felicidad de mi mejor amigo volviese a depender de que una chica le quiera o no...
"Marina, deja de montarte paranoias"
Vuelvo al tema de Frai, el cual me cabrea más aún. Cuando giro mi cabeza la veo susurrándole algo al oído, y él se ríe con ella a saber de qué. Joder, joder, joder...
Algo me viene a la mente.
-¡Ah, antes de que se me olvide! Necesito a alguien que me lleve a lo de la quedada sorpresa, que será Zayn...- Zayn me mira y asiente, recordando su promesa de ser mi chófer- Ya sé que todo esto no puedo hacerlo hoy, pero necesito organizarlo ya...- Hago una pausa.
- Frai.
 Llamo su nombre alto, claro y con bastante voz.- Bueno, si alguna otra quiere...- Digo, rezando para que ninguna otra se presente voluntaria a esta idea que voy a proponer.
-¿De qué se trata?
-Necesito que seas la "fan falsa" que ha organizado la quedada, ya que esta vez soy demasiado famosa- suena muy raro al decirlo, pero es la verdad- para ser yo. Me reconocerían. ¿Te gusta la idea?
-¡Claro!- Suspiro levemente al oír una respuesta así, y encima con tanta ilusión.
-¿Te parece bien que lo hablemos esta tarde?- Le digo, pensando que así la tendré entretenida un rato.
-Claro, luego nos vemos en...
-¡¡Dani!!
 La fuerte voz de Liam nos desconcierta a todos, pero más confusos quedamos cuando vemos a Dani entre sus brazos con los ojos cerrados.
 Se acaba de desmayar.
 En seguida me levanto junto a Liam, me paso un brazo suyo alrededor del cuello y cojo una de sus piernas.
-¡Dani, joder, contesta! ¿Dani? ¡Dani!- Le grito, pero ella no reacciona. Liam y yo en seguida la llevamos fuera del restaurante con varias personas detrás nuestra dándose indicaciones para traernos agua y demás. Oigo a Zayn, desesperado, gritar por su teléfono. Creo que ha llamado a una ambulancia.
-¡Vamos a mi habitación!- Hago caso de las órdenes de Liam y me voy a dirigir al ascensor, pero él la toma entre sus brazos y sube las escaleras más veloz  que la luz. Una sensación horrible me recorre la mente en un segundo al verla tan ligera como una pluma, con los ojos totalmente cerrados, la boca semiabierta, el pelo revuelto que cae en el aire y sus piernas cayendo de la misma manera desde los fuertes brazos de Liam.
Yo voy detrás casi a la misma velocidad y me precipito a abrirle la puerta para que pose a Dani rápidamente sobre la cama, pero antes de entrar en la habitación me doy cuenta de que ha abierto los ojos.
-¡¡Dani, Dani!! ¿Estás bien? ¡¡Dime que estás bien, por dios!!- El agobio y la presión del momento se juntan en varias lágrimas dramáticas. Liam la tumba sobre la cama y yo me lanzo a abrazarla mientras ella sigue sin hablar, solo mira confusa a todos lados. Oigo a Zayn llamar de nuevo para que no venga la ambulancia y varios suspiros de alivio.
-Toma, bebe un poco de agua.- Vane aparece y le ofrece un vaso. Ella se sienta sobre la cama  y se aparta su larga melena, la cual nos permite ver su pálido rostro lleno de pequeñas gotitas de sudor.
-¿Estas mejor? Joder Dani...
-¿Me he desmayado?- Pregunta, mirando a todos lados para recibir nuestras respuestas.
-Sí- Contesto antes que nadie.- Y me acabas de pegar el mayor susto de mi vida, joder. Dime que te encuentras mejor.
-Marina, tranquila, estoy mejor, lo digo de verdad.- Intenta sonreír.
-Joder Dani.- Vuelvo a abrazarla muy fuerte, intentando desprender de mi cabeza la imagen de su débil cuerpo sobre mis manos y, posteriormente, sobre los brazos de Liam, su cara blanca como la nieve y sus ojos hundidos en un negro profundo.
Mi corazón intenta bajar de pulsaciones poco a poco.


Ya ni siquiera me acordaba de que había quedado con Frai para hablar sobre la quedada sorpresa, pero cuando me lo recuerda solo hace falta una mirada para darle a entender que prefiero quedarme con Dani. Así que, lo siento Elena, hoy no la puedo vigilar.
En la habitación nos encontramos todos, pero sentados en las esquinas de ella o en el suelo, alejados de Dani para no agobiarla y que tenga su espacio. Pero yo no puedo separarme de ella, así que coloco una silla a su lado y le paso un vaso de agua cada vez que me lo pide.
En realidad no ha sido para tanto, simplemente un desmayo, es más, hace poco a mi me pasó lo mismo, debería saber que no es como para ponerse así... Pero ahora que lo veo desde otro punto de vista comprendo que es un gran susto que no se pasa en varios minutos.
Entonces, Niall y Vito me vienen a la cabeza. Ahora entiendo por qué estaban tan preocupados cuando a mi me pasó.
 Dani está más que bien. Esa cara de mareo que tenía al despertar ha cambiado por una sonrisa y unas animadas palabras en las que se atreve hasta a reírse de nuestras caras o de la situación en general.
Tras varias horas Paul aparece. Se preocupa por ella, le pregunta cómo está  y le da unas pastillas antes de llamar a los chicos, que van a reunirse para hablar y trabajar en su nuevo álbum. Las bailarinas se van a seguir su ensayo y todos dejan a Dani descansar y se despiden, haciendo que finalmente Dani y yo nos quedemos solas. Por fin, totalmente solas.
-Menos mal, joder...- Suspiro.
-¿Qué pasa?
-Que llevo todo el día intentando contarte algo, pero siempre estamos con alguien más a nuestro lado.
-Pues, venga, cuenta.- Se acomoda sobre la cama mientras se hace un moño bien alto con su abundante pelo.
Tomo aire antes de empezar la historia. Empiezo por la llamada de Elena y Cris y termino por la excusa de querer que Frai venga conmigo a la quedada sorpresa para que deje de hablar con él. Como era de esperar, me interrumpe numerosas veces con preguntas que ni yo misma sé contestar, ya que solo he hablado una vez con Elena, y con expresiones de sorpresa.
-¿Pero estamos hablando de... de Frai?
-Sí.
-Pues no me lo puedo creer, si parece buena chica, es muy amable con todos....
-Pues tenemos que impedir que también sea "amable" con él.
-Tía...- Dani baja la mirada y suspira.
-¿Qué?
-Creo que no deberíamos meternos en nada de nada. Estamos bien, felices, y esto podría meternos en una pelea con Frai.
-¿Y a mi qué me importa? No quiero que se destroce la relación de uno de mis mejores amigos, y tampoco quiero que Elena siga siendo acosada por ella. Prefiero pelearme mil veces antes de cruzarme de brazos.
- Pero piensa que si nos peleamos con ella, también nos peleamos con las bailarinas...¿En serio quieres dormir, comer y pasar el resto de los días del tour con un grupo de gente que te odia?
En eso no había pensando. Frai tiene a muchísima más gente que nosotras, aunque nosotras tenemos a los chicos. Lo cual no sirve de nada, claro está, porque no podemos contarles la historia. Estoy hecha un puto lío.
Unos golpes en la puerta me desconcentran. Cruzo la habitación para abrirla y tengo que precipitarme porque quien quiera que sea no para de llamar.
Al abrir me encuentro a Sofía y a Raquel, las cuales miran a todos lados en el pasillo, pero cuando abro se lanzan a entrar y cierran la puerta con fuerza apartándome de un empujón.
Ambas suspiran antes de disculparse.
-¿Pero qué os pasa? ¿De quién huis?- Pregunta Dani riendo.
-A ver, venimos a hablar con vosotras de un tema que seguro que sabéis.- Sofía no se anda con rodeos y va directamente al asunto.
-Si los demás preguntan más tarde, habíamos ido al baño y no nos habíamos dado cuenta de que se han marchado a ensayar- Aclara Raquel.
Dani y yo nos miramos confusas y nos encogemos de hombros mientras ellas se sientan en la cama junto a nosotras.
-Seguro que ya sabéis todo lo que pasa entre Frai y Elena, ¿verdad?
Nuestras caras cambian totalmente al volver al tema de esta manera tan brusca, y encima con personajes nuevos. Por un momento ambas dudamos en contestar, por si vienen a amenazarnos o algo parecido, pero nuestra sola expresión las deja libres de cualquier duda.
-Sí.
-Queremos pediros ayuda.- Raquel toma las riendas de la conversación.
-¿Ayuda?- Preguntamos Dani y yo al unísono.
-Sé que estaréis pensando que venimos aquí a amenazaros para que dejéis a Frai en paz, pero es todo lo contrario: queremos pararla, y necesitamos ayuda. Las demás chicas también saben el plan de Frai, pero todas la apoyan o pasan del tema, simplemente la dejan en paz.
-Nosotras no creemos que lo que está haciendo está bien. Estamos hablando de él, joder, aunque ahora sea nuestro amigo siempre será nuestro ídolo y no queremos que pase por ningún mal momento- Sofía continúa- Además de él está Elena, que está recibiendo cada vez más y más amenazas que no tienen ni pies ni cabeza, joder, y también está Pablo...
-¿Pablo? ¿Te refieres al novio de Frai?- Pregunta Dani.
-Sí. Bueno, su historia con Pablo es algo...movida. Le ha manejado de la manera que ha querido, pero él la sigue queriendo y vuelve con ella sin importarle el daño que le hace. Esto se lo ha hecho unas 6 veces ya, y joder,  no es normal.
-Queremos mucho a Frai, es nuestra amiga, pero esta vez se está pasando. Quiere destrozar una relación a la vez que destroza a su chico y amenaza a Elena. Dice cosas propias de una loca y pienso seriamente que debería ir a un psiquiatra o algo.
Tras Raquel decir estas palabras nos quedamos en silencio con el asombro brillando en nuestros ojos. Por un lado nos viene genial tener ayuda, y encima de dos bailarinas. Eso significa que si actuamos no estaremos del todo solas...
-Gracias por saber ver la situación desde otro punto de vista que no sea el de vuestra amistad con ella... Ahora que somos más podemos pararla mejor- Digo.
-Pero esto no puede salir de aquí. Ni Liam, ni Niall, ni las bailarinas ni nadie- Advierte Dani.
-Eso lo tenemos claro. También tenemos en cuenta que hay que actuar con sigilo y que nosotras debemos mantener la misma relación de siempre, sin hablarnos mucho.- Dice Sofía.
-Y vernos a escondidas, claro.- Añade Raquel.
Poco a poco las cuatro vamos diciendo una serie de normas y pautas a seguir para que nuestro plan salga bien, y después aportamos ideas para separarla de él. Tras un buen rato deciden que es hora de que salgan de aquí, ya que se han perdido mucho tiempo de ensayo, pero antes no puedo evitar callarme una pregunta:
-¿Por qué Frai es así? Quiero decir, ¿qué le lleva a volverse tan loca?
-Ojalá lo supiésemos- Contestan casi a la vez.- Solo sabemos que él ha sido su mayor apoyo desde hace muchos años, siempre se animaba viendo vídeos de One Direction y en especial con él. Nos ha contado que le sacaba de sus problemas, pero nunca nos ha dicho qué problemas eran.
-Tía, joder, vámonos, me están llamando- Dice de repente Raquel. Corren hacia la puerta, pero antes de salir, Dani pega un salto de la cama y las para de una llamada.
-Decidnos si habéis venido en plan amable para sacarnos información. Decidnos si en verdad estáis de parte de Frai pero os estáis haciendo las buenas con nosotras. Nos ahorraría muchos disgustos, y no nos importa pelear desde ya.- Dani se muestra firme y seria, cruzando los brazos ante ellas y con la voz grave.
-Dani...Marina...Por favor, creednos. No queremos el mal de nadie, por eso hemos venido.
Tras una pausa Dani asiente y nuestras nuevas y espero que buenas aliadas se marchan a sus ensayos.




jueves, 10 de octubre de 2013

CAPÍTULO 13.

Me siento extraña y a la vez tengo unas ansiosas ganas de vivir el presente todo lo que pueda, de observar cada detalle de este día y de escuchar y memorizar cada palabra. He pensado muchas veces en una situación como esta, pero nunca pensé que podía ser posible. La imaginación jugaba sola en mi cabeza mientras miraba distraída por la ventana y creaba ese momento precioso que siempre he querido tener como verdad. Me he imaginado mil veces saliendo con Dani de la universidad, carpetas y demás cosas en las manos, hablando con nuestros amigos y que de repente le encuentro a él en la puerta mientras me dirijo, como siempre, a la parada de autobús. En mi cabeza me lanzo a besarle mientras él me coge y se ríe tan melódicamente como suele hacerlo. Todos los días, saliendo de aquí, he sonreído como una estúpida imaginando eso. Y ahora, aunque es un poco diferente, le cojo la mano feliz de tenerle aquí y me paseo con él de edificio en edificio, con todas las miradas centrándose sobre nosotros, Liam, Dani y Paul.

Tras haber solucionado la mayoría de los problemas o asuntos por resolver, nos despedimos de varios profesores a los que tenemos más cariño, nos permitimos pasar con superioridad ante los que nos caen mal, y ya ni hablar de las risas o de los gritos que damos diciendo "¡Nos vamos de tour!" delante de los que odiamos.
En la salida toca despedirse de nuestros amigos antes de que llegue la avalancha de gente a hacerse fotos con Niall y Liam o simplemente a presumir de haber visto a un par de famosos, aunque no les gusten One Direction. Tras cruzar la verja negra abierta con las grandes iniciales de la universidad, nos damos la vuelta y decimos adiós a los edificios que la forman con ganas y hasta poniéndonos de puntillas, como si así pudiésemos despedir más terreno del lugar. Al volver a darnos la vuelta nos encontramos a nuestros amigos más cercanos sentados en el bordillo de la calle.
-¡Ey!- Les digo, y Mery es la primera en correr hacia nosotras.
María, Mery para... para todo el mundo, ya que le gusta que la llamen así, es una de nuestras mejores amigas. Voy a echar de menos las salidas los sábados o las películas en su casa los viernes por la tarde hinchándonos a palomitas, Lacasitos y demás alimentos que solo sirven para engordar y pretenden ser un antidepresivo para las películas más tristes. Es una persona alegre y optimista que siempre mira por el lado bueno de las cosas y ama los pequeños detalles, los disfruta y se aferra a ellos para ser más feliz. Es cariñosa con los suyos y amable con los que no conoce, pero cuando se enfada todos nos echamos a temblar. Es alguien que defiende sus ideas y opiniones al máximo y puede llegar tener un gran genio, pero siempre con razón.
Nos abarca en un gran abrazo moviendo sus graciosos rizos negros como el carbón, achicando sus ojos oscuros y sonriendo achatando su graciosa nariz. Adoro cuando hace eso.
-¡Os voy a echar mucho de menos!
Por fin podemos presentarle a Niall y a Liam, llevamos queriendo hacerlo mucho tiempo. Otra de las cosas que me gusta de Mery es que tenemos gustos muy diferentes. A ella le encanta el rap español mientras que nosotras siempre hemos sido de estilos musicales ligados al habla inglesa, pero eso no ha influenciado en nuestra amistad, da igual que seamos diferentes a ella, a su estilo. Aun así siempre ha admirado lo grandes que son nuestros chicos y es de esas personas que más contenta está de que hayamos llegado a ser las novias de dos de ellos. Los tres empiezan a hablar en inglés de nosotras, y Mery saca a la luz su perfecto inglés, el cual ha ido mejorando junto con el mío durante varios años,  ya que hemos ido a la misma academia. Se hacen varias fotos mientras yo abrazo a  Antonio, al cual llamamos "Libo", mi amigo gay y Little Monster con el cuál comparto cada noticia o novedad de Gaga. Gracias a él he aprendido muchísimo, pero sobre todo he reforzado ese pensamiento que desde que era muy pequeña tenía en mi cabeza: los homosexuales no son diferentes, ni se deben tratar como tal. Son personas, humanos como todos.  Eso de que aman a personas de su mismo sexo no debe tratarse como algo extraño, es solo amar. Y eso lo hacemos todos.
 Siempre he intentado animarle cuando ha recibido insultos por el hecho de ser gay y me he encargado de dejarle claro que estaré disponible cuando quiera hablar sobre lo que sea. Se lo vuelvo a recordar una vez más al abrazarle y, como otras veces, me agradece que esté junto a él.

En seguida empieza a llegar gente de todo tipo. Personas que conocemos solo de vista, otras de las que solo sabemos sus nombres, otras que nos caen mal, otras con las que estamos en clase y algunas que simplemente pasaban por la calle y no se esperaban encontrarse a Liam Payne y a Niall Horan. Paul en seguida llama a alguien para que traiga la furgoneta y me lanza una mirada cuando me ve abrir la boca.
-Vale, lo entiendo, tenemos que irnos.
-Eso... y que no voy a volver a hacerte caso.- Dice muy convencido, pero le sonrío y al final él también cede y lo hace.
Tras muchísimas fotos, firmas y preguntas, Paul y otros hombres de seguridad que acaban de venir nos guían por una calle más pequeña en la que se encuentra la furgoneta. Dani y yo nos damos el último abrazo con Mery y Libo, Niall y Liam se despiden de ellos chocando sus manos o con dos besos y en seguida salimos de allí, sonriendo y saludando, aunque no me hace ni pizca de gracia ver tantas cámaras a la vez. Cuando luego veo mis fotos por Twitter me horrorizo de lo mal que salgo en la mayoría de ellas.
Nos metemos en la furgoneta y por fin, nos vamos a hacer las maletas. Sí: nos vamos de gira con ellos en unas horas y aún no hemos hecho las maletas.


 Soy de esas personas que cuando preparan un viaje, por muy corto que sea, les dan mil vueltas a lo que van a llevar pero siempre se les olvida algo. Me paseo pensando en eso alrededor de la casa recogiendo cosas, gritándole a Niall para que deje de comer o desesperándome por las constantes llamadas de mis padres.
-Pero no os agobiéis, nosotros tenemos de todo, solo llevaros ropa para unos días...- Dice Liam.
-¿Pero tu estás bien de la cabeza? ¿Para unos días?- Le contesta Dani a gritos.
-¡Oye, cálmate! Después nosotros os compraremos lo que os haga falta, pero es que salimos en 40 minutos y todavía estamos aquí.
-Claro, vais a estar comprándonos ropa para cada día.- Replica con sarcasmo.
Dani está igual o peor que yo. Ella es la organizada, la responsable de nosotras dos, y si yo estoy nerviosa ella lo está el triple. Obliga a Liam a sentarse en el sofá con todo el mal genio que puede, pero él no se lo toma en serio y se ríe de ella.
Me paro en mitad del pasillo y repaso con la mente. Llevo el móvil, por supuesto, y el cargador del móvil...Llevo dinero, y las llaves de casa. Parece que estoy organizándome para salir un viernes por la noche, no para irme de gira...
Dani sigue enfadada con Liam y con el mundo entero porque ni ella misma se aclara y me hace volver de mis pensamientos con sus zancadas alrededor de cada habitación. Niall se asoma desde la cocina y le manda una sonrisa a Liam que le contesta haciendo que Dani saque aún más a la luz sus nervios y la rabia que le da que Liam se lo tome a la ligera. Niall me mira a mi mientras se come un bocadillo de a saber qué, ya que se conoce la cocina como si llevase viviendo aquí varios años.
-Os falta tiraros de los pelos.
-¡Oh, perdone señorito Horan! No todos estamos acostumbrados a irnos de gira, ¿sabes?
El móvil de Liam suena y nos informa de que Paul nos está esperando en el aeropuerto.
“Si no estáis aquí en 20 minutos os buscáis otro avión” Cita Liam textualmente las palabras que han salido de los labios de Paul. Siempre dice cosas similares, pero luego sabe controlar su paciencia.
Cierro mis maletas y mientras Liam y Niall las van bajando por las escaleras, ayudo a Dani con las suyas. Echamos un último vistazo a la casa y comprobamos que todo está apagado y en orden. Un temblor recorre mi mano al cerrar la puerta y echar la llave definitivamente.
-Joder Dani, que nos vamos de tour, me va a dar algo.- Digo, con la voz aguda.
Ella solo se limita a asentir y me da la mano para bajar de una vez las escaleras.


Se me hace raro volver a montarme en el jet y que no estén los demás sentados en el pasillo que hay entre asiento y asiento, o cantando las canciones que ponen a toda voz, o haciendo la típica broma de que nos vamos a estrellar cuando, como ahora mismo, despegamos. Estamos muertos de sueño después del madrugón que nos hemos dado para ir a la universidad, pero es imposible conciliar el sueño cada vez que pienso en que estamos yendo a México.
Ya estabilizados en el cielo nos quitamos los cinturones y nos movemos como si estuviésemos en casa al ritmo de la música. Cada vez que suena una canción algo más movida o alegre nos levantamos todos a la vez y hasta Paul se anima a cantar. En una de estas veces, no sé cómo, pero veo aparecer a Niall con comida.
-¿Dónde la escondes?- Digo, yendo a por él para que me de una patata al menos.
-¡No pienso decírtelo!- Empieza a huir moviéndose de un lado a otro y yo le persigo. Nos vamos chocando con todos hasta que Paul se enfada y nos obliga a sentarnos. Niall me mira con cara de pena y cede a ofrecerme una patata. Cuando la tengo en mi mano la aplasto y la hago pedazos para tirársela a la cara.
Como Paul nos vigila para que no volvamos a levantarnos, cojo el móvil y me entretengo mirando Twitter.
-Cada vez que miras Twitter acabas mal, y ahora mismo estás feliz. No quiero que estés de otra manera.- Me dice Niall, intentando quitarme el móvil de las manos al igual que he intentando hacer yo antes con la comida.
-¡Déjame!- Le digo, esquivando sus movimientos- Solo quiero ver las fotos que nos han hecho hoy.
Finalmente me deja en paz y se acurruca para echarse un rato a dormir. Con rápidos movimientos de dedos por la pantalla táctil, busco entre mi TL fotos actuales. Al fin encuentro una foto en la que salgo con la ropa de hoy, y además Mery está hablando conmigo. Salimos con los brazos entrelazados tras haber estado abrazadas.
Lo que de repente viene como una explosión hacia mis ojos es el título de la foto.

"Su sonrisa es preciosa... Gracias por ser como eres, Marina"

¿Qué? ¿Hola? ¿Qué es esto? Abro la boca hasta el punto en el que Dani me dice "¡que te van a entrar moscas!", pero yo paso de ella y sigo mirando la foto con confusión en mi cabeza.
Me meto en la cuenta de la chica que ha twitteado la foto. Es una Directioner londinense según su biografía. Miro entre sus tweets y RTs y mi sorpresa aumenta por cada palabra que leo. Su cuenta está llena de fotos mías y de Dani con títulos en los que no hay ni un insulto y hasta en ocasiones leo piropos o cosas así.
-Dani, ven, mira.
Se acerca y al ver las fotos se sienta a mi lado y hace el mismo gesto que yo he hecho anteriormente. Me río de ella mientras me arrebata el móvil e investiga por su cuenta.
-Tía, nos tienen como...
-Como diosas, o algo así.
-No me lo puedo creer.
Dani saca su móvil.
-Voy a twittear algo. A ver qué dicen.
-¿Qué vas a twittear?
-No sé, algo como "de camino a México" pero con mucha emoción.
-Por algo estamos emocionadas...- Nos reímos por un momento antes de que ponga eso y le de al botón de "tweet"
-Ahora, a esperar...
Dejamos la red social unos minutos y llamamos a Liam. Le enseñamos lo que hemos visto y muy contento se sienta con nosotras. Dani desbloquea su móvil y las interacciones llegan casi todas a la vez, haciendo que vaya a toda velocidad y no le de tiempo a leer un tweet cuando aparece otro.
La sonrisa de Liam aumenta al leerlos porque todos son positivos. Algunos son de chicas españolas agradeciendo que el otro día les ayudásemos a conocer a los chicos, otras envían fotos de ellas con ellos o con nosotras, otras nos hablan en inglés y nos dan las gracias por todo...
Pero, ¿las gracias por qué?
Vuelvo a coger mi móvil y busco el tweet de la chica con la que hemos descubierto todo esto. Sin pensármelo dos veces abro los mensajes directos y le escribo uno preguntándole por qué nos están dando las gracias. No pasan ni dos minutos cuando la chica me ha contestado con 5 mensajes nuevos, y además no para de twittear capturas de pantalla con mi mensaje, sorprendida de que me he interesado por ella.
-Acabas de revolucionar Twitter con ese mensaje.- Me dice Liam, mirando la pantalla del móvil de Dani.
-Pero es que es increíble. ¿Cómo han pasado de desearnos la muerte a amarnos?
Se encoge de hombros y yo leo en voz alta la respuesta de la chica.
Resulta que es una de esas Directioners que estuvieron esperando en el aeropuerto aquella vez en la que, pasando hacia dentro, hice que los chicos firmasen varios autógrafos rápidamente mientras Paul nos empujaba hacia delante. Dice que gracias a mi tiene un autógrafo de Louis y que estará eternamente agradecida. También me cuenta que la mayoría de las Directioners que conoce me admiran por lo que hice en Madrid, porque tuve el valor de hablar con Paul y dejarles en pleno centro de la ciudad...
También me relata cómo una de sus mejores amigas conoció a los chicos en la quedada sorpresa que organicé en Londres haciéndome pasar por una Directioner.
Bloqueo el móvil y lo tiro al asiento de al lado. Suspirando, intento asimilar lo que acabo de leer. Liam me da un abrazo y yo le recibo con ternura.
-¿Esto significa que ahora las fans nos quieren?
-No tiene por qué ser así del todo, pero es algo muy grande lo que habéis logrado, os estáis ganando el respeto de la mayoría.
Me dirijo hacia Niall y antes de que Paul me regañe para que no le moleste, me tiro encima suya.
-¡Despierta, que tengo que contarte una cosa!- Le digo, con el mismo tono de voz que una niña ilusionada.
Mientras él se despereza a mi me viene una idea a la cabeza. Algo que seguro que los jefes querrán destrozar, pero no dejaré que lo hagan. Además, los chicos estarán de acuerdo conmigo, lo sé, porque en todo este tiempo que llevo con ellos he podido comprobar que nos aman al igual que nosotras les amamos a ellos, y eso es mucho.
Quiero organizar una quedada como esa que hice en Londres, pero en cada sitio al que vaya con ellos de gira. Sería perfecto, maravilloso, sería la mejor forma de que muchas chicas conociesen a sus ídolos al igual que yo lo he hecho. Pero pienso hacerlo totalmente gratis, para que cualquiera pueda conocerles. No quiero limitar la felicidad de estas chicas a un puñado inútil de billetes. Y, ¿quién sabe si alguna de ellas termina siendo del grupo, al igual que lo somos nosotras? ¿Y si acabamos con una nueva amiga o amigo? Aunque eso ya son palabras mayores, me emociona el simple hecho de que una fan que probablemente olviden en el mismo día les abrace, porque justo en ese momento ellos y la Directioner en cuestión están juntos, y tanto como sus pensamientos como sus sentimientos se unen en abrazos con fuerza, fotos con sonrisas y ojos llorosos.
Sí, definitivamente quiero hacerlo. Tengo que decírselo a los chicos y a Dani en cuanto lleguemos allí. Sé que me va a costar, porque yo solo estoy aquí para acompañar a los chicos, no tengo poder en el grupo, pero...¿Hay algo malo en intentarlo?
-¿Qué quieres ahora...?- Finalmente, Niall me habla con los ojos aún cerrados y algo molesto de que le haya dejado dormir tan poco, pero me da igual y vuelvo a gritarle.
-¡Las fans ya no nos odian!- Le pillo desprevenido al abrazarle y ni siquiera le dejo tiempo para que levante sus brazos. De repente, se separa de mi y se pone de pie a toda velocidad.
-¡Dani!- Dice, y en seguida me giro a tiempo de ver como Dani se pone de pie sujetando la mano de Liam. Luce un color blanco pálido en la cara que ha pillado ahora mismo, ya que hace un momento estaba bien.
-¡Tía!-  Le agarro la otra mano y en seguida me la aprieta hasta el punto de que duele. Gira su mirada hacia mi y me estremezco ante su expresión de dolor. Tiene los labios de un tono violeta extraño y todo apunta a que está a punto de potar.
-Venga, corre, vamos al servicio.-  Digo, y en seguida Liam y Niall nos siguen por detrás hasta que entramos al baño del jet y se quedan en la puerta. Es tan pequeño que hasta yo debería salirme, pero no puedo una vez que le sujeto su larguísimo pelo rizado y ella empieza a echarlo todo.
Solo con el olor y la primera bocanada me dan ganas de vomitar a mi también, pero me mantengo firme mientras le quito el sudor frío de la frente con la mano. Al rato ya me he acostumbrado al fuerte olor y lo único que tengo que hacer es no mirar la pota, la cual parece no parar.
-Tranquila, no pasa nada, respira, cálmate...- Le digo, al verla tan alterada que parece que se va a echar a llorar.
Por fin separa su cara del retrete y cae de rodillas en el suelo echando su cabeza hacia atrás. Le limpio la boca y le cojo una coleta con una goma del pelo que menos mal que llevaba en la muñeca. Ella se levanta un poco para poder caer sentada sobre la pared. Tiro de la cadena y abro la puerta para que se despeje el sitio. Liam y Niall siguen fuera, y yo me salgo de allí para Liam entre.
-¿Estás mejor?- Dice, cogiéndole suavemente de las manos. Dani solo asiente y en seguida llega Paul con un vaso de agua y la ayuda a levantarse de allí. Todos volvemos a los asientos.
-Estas cosas os pasan por corretear por ahí.
-¡Venga ya, Paul!- Le digo, dándole un mini puñetazo en la espalda en señal de protesta.
-Bueno, vale, quizás no era por eso, pero sentaros y abrocharos el cinturón, que vamos a aterrizar y no quiero que ninguno más acabe vomitando.
-Como con cada viaje me ponga así, lo voy a pasar fatal...- Dice Dani, y todos nos centramos en ella porque al fin ha sacado fuerzas para hablar.
-Eso han sido los nervios del viaje, no te preocupes, verás como cuando lleguemos se ha pasado todo- Intenta calmarla Niall.
Max, el piloto, nos anuncia que vamos a aterrizar en unos minutos y en seguida hacemos caso de las indicaciones de Paul.


Al rato, Dani puede salir del jet sin tambalearse, eso sí, no suelta la mano de Liam para nada. El aire fresco que entra al abrirse la compuerta le hace respirar hondo hasta el punto de esbozar una pequeña sonrisa de alivio.
Y ahora, ahora es cuando el viaje empieza. Creo que no lo he asumido hasta este momento en el que mis pies bajan por las escaleras de la compuerta. El sol cae tan intenso que pica en la piel y yo me pongo mis gafas de sol mientras bajo con pequeños saltitos hasta tocar el asfalto. No puedo parar de sonreír andando con pasos firmes y rectos, la primera de la fila después de Paul, al que seguimos en camino de nuestro transporte.
-Os quiero firmes hasta el coche, eh, nada de pararse a firmar, vamos con prisa.- ordena Paul.
-Deja de mirarme.- Le digo, cruzándome de brazos.
-Tengo motivos.
Tras recorrer unos cuantos pasillos acabamos en unas puertas grises que dan a la calle, y nada más abrirlas una avalancha de fans casi nos cubre si no fuese por un pasillo creado por guardias para nosotros. En seguida agarro todos los papeles que puedo y se los tiro a Liam y a Niall para que los firmen. Dani me ve y me ayuda hasta más rápido y eficaz de que yo, con varios puñados de libretas y bolígrafos que empuja sobre el pecho de los chicos cuando ellos no pueden coger más cosas.
Me motiva muchísimo estar haciendo esto, sobre todo por las palabras que nos gritan. Oigo de todo: "Te amo" "Liam, eres mi héroe" "Gracias por salvarme, Niall" "Decidle a los chicos que les queremos" "Dani, gracias por todo" "Marina, eres la mejor..."
Paul nos lanza miradas asesinas cuando aún seguimos en el pasillo y las puertas están abiertas listas para que pasemos al coche.
-¡Ya, adentro!- Grito. Devolvemos cada autógrafo a su dueña o a alguna chica cercana, ya que no recordamos cada cara de cada papel, y nos tiramos en el interior.
-No juguéis conmigo...- Nos advierte Paul, pero yo opto por lo de siempre: sonreír y no tomarle en serio.

No pasan ni 20 minutos cuando llegamos al hotel donde se están alojando estos días. Esta vez no hay fans, ya que pasamos por una puerta distinta, alejada de la principal y de otras secundarias, en las que se encuentran aparcados los dos autobuses con los que viajan, la furgoneta y otros vehículos.
Entramos al hotel por una salida de emergencia que nos lleva tras unos pasos a la recepción. Es el típico hotel lujoso en el que se suelen alojar, pero este tiene un toque veraniego y tropical que me recuerda a que el verano (al menos, allí en España) está muy cerca, y eso me gusta.
En unos sillones de cuero marrón, toqueteando las revistas que sirven para entretener a los clientes que esperan y haciendo  ruido que suena en toda la sala, están ellos. Tan tontos como siempre.
Salgo corriendo  haciendo que todos los clientes refinados me miren al esquivar a toda velocidad a la gente y llego a su altura. Sin detenerme, me lanzo encima de Zayn, el cual al verme venir se había preparado con las piernas flexionadas y los brazos abiertos.
-¡Joder, Zayn, te quiero! ¡No sé cómo agradecerte que hayas tenido esta idea!
-Me conformo con que te portes bien y no la líes mucho.- Dice, riéndose a la vez que mueve sus manos en mi espalda, haciendo aún más intenso nuestro abrazo. Me revuelve el pelo al separarme de él y percato que se queda mirándome con media sonrisa en el rostro mientras voy a por Harry.
-Al final lo habéis conseguido.- Dice, poniendo una de sus grandes manos sobre mi cabeza, haciéndome sentir aún más pequeña de lo que soy.
-Y más cosas que tengo que lograr, ya verás.-Digo, perdiendo mi mirada en el suelo, pensando en mi plan.-Abrázame, anda.- Me obedece y tras un rato, me voy con Louis.
-Voy a gorronearos igual o incluso más que cuando estábamos en Londres- Le advierto.
-¡Eh, que te mando a España otra vez!
-Sé que no serías capaz.
-Sabes mucho- Finalmente me abraza, pero en seguida Paul nos llama para contarnos la organización que vamos a tener durante los viajes en autobús.
Louis me pasa su brazo por detrás de la nuca y yo hago lo mismo en su cadera. Con risas y discutiendo con quién voy a dormir incluso antes de llegar a los autobuses, Paul nos lleva y una vez allí, solo Dani y yo entramos. Los demás se quedan fuera jugando con un balón que ha sacado Niall de la furgoneta.
Es el autobús más grande en el que he estado en mi vida. Muy pequeño para dormir mucho tiempo, pero muy grande para ser un autobús. Una puerta se abre automáticamente al pulsar Paul un botón y pasa a un pasillo con huecos de telas rojas cerrados con cremalleras a ambos lados.
-Este es el autobús donde duermen las bailarinas, Lou Teasdale, la coreógrafa... Estas dos serán vuestras camas.
Nos abre dos de las telas rojas con cremalleras y nos muestra dos colchones con varias mantas y una almohada doblados en las esquina, preparados para utilizarse. Los colchones son suficientes para una persona, pero poco para dos. Muy bien pensado para un viaje. El de Dani se encuentra en la parte de abajo, pero al mío debo subirme por unos pequeños escalones que hay en el suelo.
-Y aquí, al final- Paul abre una puerta blanca- está el baño.
-Qué preparado todo.- Comenta Dani.
-No se nos escapa ni un detalle, ¿verdad?- Paul sonríe orgulloso.
-¿Y dónde dejamos las maletas?- Pregunto yo.
-En el compartimento del autobús, por fuera. Pero ahora mejor las subís a las habitaciones, aún no necesitamos dormir aquí.
Salimos de allí quedándonos con el lugar de nuestras camas, pero Paul interrumpe nuestro paso.
-Se me olvidaba decir una cosa...No podéis iros al otro autobús. Cuando viajamos y dormimos aquí, necesitamos mucha organización, y bastante locos están ya como para que vosotras los pongáis peor. Cada uno a su cama.
-¡Paul!-Gritamos al unísono.
-¡Tenía que decirlo!- Sonríe.
-Debes pensar fatal de nosotras...-Dani suspira.

Subimos a las habitaciones, pero ni siquiera nos molestamos en entrar en las nuestras cuando cada una estamos en las de Liam y Niall. La de Niall es sencilla en comparación con las de los otros dos hoteles en los que he estado, pero yo lo único que busco de ella es una buena ducha que me relaje después del largo viaje.
Ahora nos vamos a un ensayo de las bailarinas, así que me visto con unos vaqueros y una camiseta de las más sencillas. Ni siquiera me molesto en maquillarme o en hacerme nada en el pelo.
Otra vez volvemos a los típicos trayectos de radio a toda voz en la furgoneta negra, esta vez para dirigirnos a Foro Sol, dónde será el concierto en unos días. Dani y yo nos apresuramos a entrar una vez que hemos llegado.
Nos hacen pasar por un par de puertas hasta que acabamos en el césped del gran campo de baseball. Dani y yo paseamos hasta una de las bases sorprendidas del montón de gente que puede caber aquí y luego, presas de la alegría del momento, nos ponemos a imitar un partido de baseball intentando marcar acento americano.
-¡Y batea la pelota! ¡Home Run!- Grito eufórica, dando una vuelva sobre mi misma. Al acabar de darla me encuentro a Harry mirándome intentando aguantarse la risa, pero no puede y me da la mano para dirigirnos al escenario.
-Anda, cálmate, que te va a dar algo.- Me dice.
El escenario no está montado del todo, pero está lo suficientemente bien como para que las bailarinas puedan ensayar sus bailes en estos días. Conforme vamos llegando reconozco a Raquel sobre el escenario, haciendo una de sus raras piruetas.
-¡Raquel!- Grito, y ella deja de bailar para saltar del escenario.
-¡Por fin estáis aquí! ¿Qué tal el vi...
-¡Eh! ¡Dani y Marina!- Sofía llega por detrás.- ¡Que ya han llegado, salid!- Avisa a las demás y en seguida salen todas por diferentes huecos y saltan hacia donde estamos nosotras. Nos abrazamos entre comentarios y preguntas del viaje como la que iba a formularnos Raquel.
Al rato la coreógrafa, que ahora que lo pienso aún no sé su nombre, aparece y todas muy obedientes suben al escenario y ensayan Kiss You. Los chicos y nosotras nos sentamos en el césped a verlas, y no puedo evitar twittear una foto de las chicas en acción y otra que nos hacemos todos juntos haciendo que Harry, que tiene el brazo más largo, sujete el móvil para acapararnos a todos.
-El más pequeño y el que más grande lo tiene todo...-Comenta Niall.
-¿Y tú cómo sabes que lo tiene todo grande?- Le pregunto, pero casi no puedo de las carcajadas que me produce el doble sentido de la pregunta.
-¡Eres una malpensada!- Dice, y se tumba en el césped dándome la espalda.
La hora de comer se acerca y empezamos a desesperarnos por tener un trozo de algo en la boca, así que le toca a alguien ir a por comida. Todos optamos por el McDonalds, y como me apetece salir e investigar qué tenemos alrededor, me ofrezco a ir.
-Yo te acompaño- Dice Zayn. Ambos salimos de Foro Sol asintiendo con cansancio a todas las indicaciones y consejos de Paul, como cada vez que tenemos que salir a la calle.

Es muy raro esto de montarse en la furgoneta sin los empujones de Louis y hacerlo con la tranquilidad que caracteriza a Zayn. Me monto en el asiento del copiloto y no tardo nada en apoderarme de la radio y sintonizar alguna cadena que esté poniendo una canción que me guste. Dejo una en la que está sonando “Grenade”, de mi querido Bruno Mars, y no puedo evitar cantar con ganas y emoción sin importar que sea una canción lenta y triste, ya que con ésta me empezó a gustar Bruno y me trae muchos recuerdos.
-A mi también me encanta Bruno Mars- Dice Zayn, arrancando la furgoneta.
-¿Habéis tenido la oportunidad de conocerle?
-Aún no, pero estoy deseando que coincidamos en algunos premios o algo así...
-Seguro que conocéis a un montón de famosos.
-¡Pues la verdad es que sí!- Por un segundo corta la conversación y se concentra en la carretera.- Pero algunos para nosotros no son famosos, son amigos.
-Como Ed Sheeran.
-¡Ah, hace tiempo que no le vemos! Sí, él es muy amigo nuestro. Muy buena persona, por cierto.
-Y Cher Lloyd.
-¡Sí, Cher! La conocemos desde The X Factor, mucho tiempo...
-Y las chicas de Little Mix, por supuesto.- Digo, levantando los brazos en señal de que es obvio.
-¡Jajajaja! ¡Claro!
Le observo detenidamente mientras programa el camino hacia el McDonalds más cercano en el GPS. Se le queda media sonrisa que hace que sus grandes ojos oscuros de pestañas que lo son más aún se achinen. Algún recuerdo debe rondarle la cabeza.
-Echas de menos a Perrie, ¿verdad?
Suspira levemente.
-Muchísimo. Y yo no puedo traerla de gira, ya que ella está preparando sus propios proyectos como cantante…
Paramos en un semáforo en rojo y esta vez me mira a mi para seguir hablando.
-Por eso me puse a pensar en cómo hacer que tu vinieses con nosotros. Tener a la persona que amas lejos de ti es muy duro. Niall a veces puede confundir con su actitud ante los demás, pero en realidad es muy sensible. Liam podría aguantar otros 5 meses sin Dani, está acostumbrado por la cantidad de veces que se ha ido lejos de Danielle, pero yo sé que Niall no lo hubiese asumido bien. En estos 5 meses, en ciertos días, estaba ausente, callado, y muchas noches en el autobús se le oía dar vueltas o cantar “My Paradise” en susurros.
Centro mi mirada en la carretera y esbozo una sonrisa que contiene mucho cariño. No sabía esto de Niall, aunque debería suponerlo. Mis labios se curvan aún más mientras Zayn me cuenta cómo me ha estado echando de menos todo este tiempo.
-En el grupo todos sentimos la necesidad de cuidar de Niall. Puede ser muy débil. Supongo que por eso las ideas iban fluyendo en mi cabeza hasta que di con esa.
-Y aún estoy pensando en cómo agradecértelo. En serio Zayn, me has dado la oportunidad de estar con él. Eso es muchísimo, eso lo es todo.
-Lo sé, lo sé.- Vuelve a sonreír mostrando sus perfectamente alineados dientes.- Y, para qué engañarme, también empecé a pensar soluciones para que vinieseis porque me recuerdas a Perrie.
Esta vez le miro extrañada.
-¿En serio?
-Sí. Cuando nosotros nos estábamos conociendo éramos muy parecidos a ti y a Niall. Al contrario que Liam y Danielle, a nosotros nos costaba quedarnos solos o decirnos lo que sentíamos, como tu y él. Y ella también ha pasado por los insultos por los que vosotras estáis pasando. Supongo que esa necesidad de cuidar de Niall ahora también la siento por vosotras dos.
Paramos en otro semáforo en rojo. El McDonalds ya puede divisarse desde aquí.
De un impulso alargo mis brazos y me aferro a su tronco, él no duda en abrazarme también antes de volver a ponernos en marcha.
-Eres el mejor, Zayn.
-Creo que me he puesto muy cursi, ¿no crees?- Me suelta una carcajada.
-Puede que sí...¡Ah! ¿Pero sabes qué? ¡Ahora parece que las fans nos aman!
-¿Sí?- Me lanza ciertas miradas con sorpresa mientras intenta seguir atento al volante.
Mientras que llegamos al McDonalds y pedimos una cantidad de comida impresionante, le enseño los tweets de las fans, los mensajes con esa chica inglesa que tiene un autógrafo de Louis gracias a mi, y hasta me atrevo a contarle mi plan para que más chicas como ella puedan conocerles.
-¿Cómo cuando organizaste esa quedada en Londres?
-¡Sí! ¿Te acuerdas?
-Claro que me acuerdo, nos lo pasamos muy bien. Pero Marina, lo vas a tener muy difícil.
-Pero... lo quiero intentar.
-Y yo seré tu chófer. Te llevaré a todas las partes en las que organices una quedada.
Volvemos a sonreírnos y con la furgoneta oliendo intensamente a comida, volvemos con los demás.


-¡Comida!- Al gritar eso Louis, todos los demás corren hacia nosotros y nos arrebatan las hamburgesas, patatas, y bebidas de las manos.
-También hemos traído cervezas.- Anuncio, y Niall me abraza de lado pillándome los brazos antes de cogerse una.
Observo a las bailarinas hacer una última coreografía antes de comer. Aplaudimos y vitoreamos mientras ellas saludan y la coreógrafa las manda a cambiarse al interior del escenario.
Al rato aparecen todas como una estampida y se tiran desesperadas a por la comida.
-¿Para qué sirve bailar, si ahora nos hinchamos de comer?- Comenta Paula, riéndose.
-Bailamos porque nos gusta, los kilos dan igual cuando traen comida del McDonalds. ¡Pasadme una cerveza!- Ordena Mónica.
Al rato hemos hecho un círculo en mitad del campo. A un lado tengo a Zayn, quién se ha sentado a mi lado cuando hemos venido juntos, y al otro a Niall. Zayn nos mira preguntándose cómo podemos comer tan rápido.
En el centro del círculo tiramos los papeles, recipientes o  cervezas, pero en cuanto alguien dice que no quiere más, las sobras acaban en el estómago de Niall.
-Aquí faltan Elena y Cristina.- Digo, y en seguida recibo la aprobación de todos.- Y Perrie- Añado, mirando a Zayn.
-Y Eleanor- Dice Dani mirando a Louis, que le sonríe.
-Y Danielle- Concluye Liam, demostrando una vez más su madurez y que la amistad entre ellos perdura.
La tarde parece correr en segundos acompañados de anécdotas, de risas, y hasta de Harry bailando enseñado por Vito y Vane, quienes se han ofrecido voluntarias a darle unas rápidas clases. Despejamos el centro del círculo para verles y yo aprovecho para grabarles un rato. En cuanto veo que Harry se da cuenta salgo corriendo, pero sin embargo no me persigue y sigue atento a un paso que Vito le está enseñando a hacer, como si quisiese aprenderlo de verdad.
Unas diez cervezas  más tarde todos, absolutamente todos, tenemos una gracia en el cuerpo que nos hace reírnos por nada, pero no llegamos a estar borrachos. Queda mucho alcohol para eso, pero tenemos la suficiente bebida en el cuerpo como para empezar a confesar cosas e historias a la luz de un intenso atardecer en el cielo.
Cada uno contamos un poco de nuestra vida, empezando por los “no-famosos”, por así decirlo. Nos vamos enterando de pequeños detalles de la vida de cada uno, de ex-novios y otros rollos, de padres, hermanos y mejores amigos, de estudios o de baile, de que Mónica tiene orígenes alemanes, o de que Vane ganó un concurso de baile a los tres años, o de que Frai tiene novio y se llama Pablo.
-Le quiero muchísimo- Dice, enseñándonos en su móvil la foto de un chico de ojos verdes muy expresivos y pelo castaño claro.
Dani y yo relatamos por turnos nuestra llegada y estancia en Londres. Al final acaban saliendo los nombres de Johanna, Ana, Amy, Mel, Molly, Jake, Josh, y cómo no...David.
Se hace el silencio cuando cuento lo que pasó con David, incluso por parte de los que ya lo sabían. Cuando termino, Niall me coge la mano y dice en voz alta:
-Cuando volvamos a Londres, pienso meterle una buena paliza.
Me río de su falsa faceta de chico duro e ignoro sus palabras porque sé que él no es de esos.
Luego empezamos a lanzar preguntas al azar a “los famosos”, cosas de sus vidas antes de serlo o simplemente preguntas cómo “¿con cuántas te has acostado?” que no nos cortamos ni un pelo en decir.
-¿Quién te gusta, Harry?- Dice de repente Vane, y todos nos centramos en él, especialmente yo. Había olvidado por completo que sigo haciéndole daño a Harry.
Mientras todos le acosan a comentarios yo miro pensativa al suelo, reflexionando sobre estos últimos días junto a él. Se le veía bien, sonriente, normal. Aunque claro, una persona tan acostumbrada a recibir críticas por parte de los medios es profesional en eso de aparentar estar bien. Por un momento se me viene la imagen de él y Cristina hablando en la sala de espera de la entrevista. Luego se fueron corriendo fuera del edificio, dados de la mano. Ahora que lo recuerdo, también me acuerdo de que sonreí orgullosa, ya que por un momento parecía haber encontrado otra sonrisa por la que suspirar.
-¡Seguro que es Cristina! ¡Confiesa, Harry!- Grita en ese momento Sofía, y yo me altero al comprobar que ha adivinado mis pensamientos.
Harry se limita a sonreír centrando sus ojos verdes en el suelo y a negar con la cabeza. Finalmente le dejan en paz porque Paul aparece y nos ayuda a recoger para volver al hotel, ya que la noche se está echando sobre nosotros y, según Paul, mañana los ensayos de las bailarinas son antes por cuestiones de organización.
-Dani, Marina, mañana os presentamos a vuestros profesores y empezaréis las clases.
Asentimos mientras todos recogemos los papeles del césped o regañamos a Louis, Frai, Mónica o Vane para que no se escaqueen. De repente choco con Harry, quien estaba recogiendo en frente mía, y me sonríe con ganas.
-Tengo que contarte algo.- Me susurra, muy ilusionado.
-Pues, a ver, dime.
-Me gusta alguien.
Solo con el tono y el contexto me doy cuenta de que ese alguien ya no soy yo, lo que me hace sonreír aún más que él y hasta querer abrazarle, pero no lo hago porque todos empezarían a preguntar por qué lo hago.
-Y la afortunada es...- Digo, empezando la frase.
Levanta una de sus manos y con el dedo me señala a la chica en cuestión. Intento mirar hacia la dirección del dedo con disimulo, ya sorprendida de que ella se encuentre aquí, entre nosotros.
Me tapo la boca en un intento de no gritar de alegría cuando veo que se refiere a Vito.
¡Le gusta Vito! ¡A Harry le gusta Vito! Ya no solo es felicidad porque no está sufriendo o porque ya se ha olvidado de mi, es porque se ha fijado en una de las chicas más divertidas y amigables que hay aquí. Además, por lo poco que sé de ella, es buena persona. Me sacó medio inconsciente de la discoteca y luego fue la primera persona junto a mi prima en buscarme para comprobar que estaba bien a la mañana siguiente. Eso dijo mucho de ella.
Al fin salgo allí, incluso más contenta de lo que había entrado.



Elena y Cristina vuelven a encontrarse en la misma situación del día anterior: gastando una increíble cantidad de dinero llamando a Marina desde Londres, pero Elena necesita hacerlo. Necesita saber que él va a estar bien y necesita quitarse ese estúpido sentimiento de culpabilidad que le está amargando los días.
Cristina, a su lado, le agarra la mano con fuerza. Cruzadas de piernas sobre el sofá escuchan cómo el sonido del móvil inunda el salón de la casa llamando a Marina. Al rato su voz suena y Elena se adelanta a hablar. Cristina asiente orgullosa de que por fin vaya a tener el valor de confesárselo.
-¡Elena! ¿Pero por qué llamas? ¡Te vas a gastar mucho dinero!- Saluda alegre.
-Hola...Lo sé, pero es importante. ¿Puedes hablar? ¿Estás sola?
-Un momento.- Nota que el tono de voz de Marina se agrava al comprobar por las palabras de Elena que no es una buena noticia lo que va a decirle.
-Ya, dime.
-Vale, a ver, estoy con Cristina.
-Hola- Saluda ella.
-Hola- Le contesta.
-Y necesito que me escuches muy atentamente y que no me interrumpas hasta que termine, entonces me haces todas las preguntas que quieras.
-De acuerdo.
-Gracias, Marina, de verdad.
Y se lo confiesa todo. Las bebidas de más aquella noche, el encuentro con él, ese grave error que cometieron con Frai de testigo, las constantes amenazas y el miedo a que acabe con la relación de su amigo y su amiga.
Tras unos segundos eternos de silencio, Marina habla con la voz entrecortada.
-Estoy en shock. Déjame asimilarlo todo porque me lo has contado tan a la vez que... Que estoy hecha un lío.
-Lo comprendo...
Un rato después, se oye un suspiro al otro lado del teléfono.
-No deberías sentirte tan culpable. Es verdad que no tendrías que haberlo hecho pero fue un error, tu no querías. Y Frai... ¡es que es tan raro! Se la ve tan sociable, tan abierta y amable con la gente, que parece increíble que te esté amenazando... Y que quiera acabar con la relación de...
-¡Lo sé, tía, lo sé!- Grita un tanto desesperada Elena.- ¡Y yo no quiero que terminen, ellos dos están geniales juntos!
-No pienso permitir que se meta en esa relación. Me da igual si tengo que ponerme borde con ella. Lo que es extraño es que hoy nos ha contado que tiene novio. Se llama Pablo y nos ha enseñado una foto suya, y ella estaba al lado, muy sonrientes los dos.
-Será un farol.- Razona Cristina.- O quizás sí que sea su novio, pero lo tendrá como una marioneta.
-Esto es un lío enorme...
-Lo sé, Marina, pero dime que vas a ayudarme.
-Te lo prometo, te lo juro y te todo. Eres mi Elena, y ellos son mis amigos, no pienso permitir que os pase nada. Pero piensa que yo sola no puedo pararle los pies.
-Por favor, cuéntaselo solo a Dani. No soportaría que lo supiese más gente, me arrepiento muchísimo de haberlo hecho, me siento una mierda de persona...
-Vuelvo a repetírtelo: no es tu culpa....Ah, joder, que viene Niall, hablamos luego.

Marina cuelga en seguida y Elena suspira algo más aliviada que antes sabiendo que ahora Frai tiene a alguien cerca que le destroce sus planes.