martes, 20 de agosto de 2013

CAPÍTULO 9.

Abro los ojos tan lentamente que pensaba que me había quedado ciega por unos segundos. Aunque peor que eso es la sensación de parecer estar muriéndome solo con respirar. Hasta mis pensamientos me producen dolor de cabeza. Me encuentro sobre una cama, de eso estoy segura, en posición fetal y con todo el pelo en la cara. La boca me sabe a vómito y me tiembla el cuerpo de los escalofríos que recorren mi ser. Una vez con los ojos abiertos, me llevan varios minutos levantar un brazo para apartarme el pelo de la cara y la confusión me alcanza de tal manera que me muevo bruscamente buscando a alguien que me diga dónde estoy. Claramente, como todo lo que últimamente hago, es un grave error que hace que gima de dolor y cierre los ojos debido al montón de vueltas que da la habitación dónde estoy. Al menos consigo tumbarme boca arriba y con los ojos aún cerrados, noto la respiración de alguien a mi lado. Aún sin poder abrirlos por el miedo del posible mareo, alargo unos centímetros mi mano hasta por fin tocar el rostro de quien está aqui. Pongo mi palma sobre su cara y seguidamente le acaricio con suavidad hasta llegar a su pelo. Justo cuando sé quién es abro los ojos olvidándome del mareo a la vez que su voz suena muy cerca de mi oído. Sin embargo, no es nada el dolor de cabeza que me produce su grave voz comparado con la alegría de tenerle a mi lado.
-Nunca más. ¿Eh? Nunca más.- Me dice, muy despacio, pero adivino que con una sonrisa en la cara. Siempre la lleva puesta, es su mejor traje. Logro girar la cabeza con algunos mechones aún sobre mis ojos y efectivamente, ahí está él.
-Tu también has estado así, no me regañes.
Ahora se ríe porque seguramente tendré la voz más ronca y destrozada que haya escuchado en su vida. El mareo se apodera de mí cada segundo más que permanezco con los ojos abiertos y ni mirarle los suyos tan profundos intentando relajarme funciona.
-Nos has pegado a todos un buen susto, chiquitaja. Sobre todo a Vito.- Dice Niall, colocando la almohada debajo de mi cabeza mejor y tapándome con una manta al verme temblar. Ahora está sobre mi, colocando la manta alrededor de mis fríos brazos. Se inclina y me da un beso sobre la frente.
-Estás ardiendo, pero se te pasará. Tómate lo que yo te diga y para dentro de unas horas estarás bien.
A pesar de que estoy totalmente desorientada, mi vista deja de estar nublada y mi cabeza se concentra únicamente en su persona al estar sobre mi. Le siento tan cerca, tan acogedor, tan protector... Sus manos están posadas justo al lado de mis mejillas y sus piernas cada una en un lado, junto a las mías que están acurrucadas para pillar calor. Se queda así unos segundos dejándome hipnotizada, me dedica una sonrisa y se va.
-¿A dónde vas?
-Tranquila, no voy a dejarte morir.
-No me voy a morir, idiota.
-Pero crees que sí.
-La verdad es que cada palabra tuya es como una bomba, qué dolor de cabeza...
-Lo sé, he pasado por lo mismo, chiquitaja.
Cuando vuelve lo hace con un vaso que contiene una pastilla efervescente blanca. Lo deja sobre una mesita de noche y vuelve a ponerse de la misma manera que antes, solo que esta vez tiene las piernas sobre el suelo para poder tirar con más fuerza de mi. Hace que levante los brazos para cogerme cerca de las costillas y sentarme sobre la cama. Súbitamente, antes de que mi cabeza caiga hacia atrás, me pone un cojín y vuelve a echar la manta sobre mí.
Ahora que puedo ver con claridad dónde estoy, me siento tonta por haberme asustado al despertarme, aunque claro, me siento tonta por tantas cosas... Estoy en la habitación de Niall del hotel de los chicos. En la puerta están las maletas que dejamos antes de irnos y además, a pesar de solo haberla visto unos segundos, reconozco las paredes naranjas y la cortinas color beige que tapan la que parece ser una gran ventana. Nosotros estamos sentados sobre una gigante cama de sábanas azules oscuras que preside la gran habitación, y justo en frente nuestra se encuentra un gran armario de madera dónde podrían caber veinte maletas como las mías.
Mucho más despejada, cojo el vaso que Niall me da y sin ni siquiera preguntar qué es, me lo tomo lo más rápido que puedo. Se ríe de la cara que pongo al notar el sabor amargo de la medicina y se va por una puerta. Cuando vuelve, ya puedo vocalizar más de dos frases sin parecer que vaya a desmayarme.
-¿Y tu por qué no estás igual o peor que yo?
-Porque yo no bebí tanto, no al menos como para acabar como tu.
-Lo siento..¿Y por qué dices que le he pegado un buen susto a Vito?
-No te acuerdas, ¿verdad?
-No. Mi último recuerdo es de tu, Harry y yo en la barra. Luego tu te fuiste a bailar con Elena y a partir de ahí tengo la mente en blanco.
Se acurruca a mi lado y tras colocarme el cojín de la cabeza, que ya se me estaba cayendo, me cuenta algo de lo que no tengo ni la más remota idea y con una protagonista que ni siquiera parezco yo. Me averguenza saber que yo he estado así. Resulta que, como Niall no me encontraba, pidió ayuda a varios de los del grupo. Vito me vio bailando entre la gente, con un vaso en la mano y sin moverme. Eran los empujones de los demás los que hacían que avanzase de un lado hacia otro. Me llevó casi arrastras fuera de allí, a dónde estaba Niall, y mientras le hablaba me desmayé. También recalca el detalle de que ya iba medio dormida en los brazos de Vito, por lo que lo pasó muy mal.
-Por eso dices que os he pegado un buen susto...
-¿Un buen susto? Me parece que lo he suavizado mucho. Me has pegado el mayor susto de mi vida, joder.
Ahora el Niall que hace unos minutos me cuidaba y era considerado conmigo pone una cara muy seria y hasta se separa de mi lado. Una rabia interna que seguramente estaba ahí pero no quería sacar al final sale de él.
-Pero Nia...
-No me vale nada de lo que me digas. Te llevé como si estuvieses muerta hasta un taxi y casi se me va la vida intentando despertarte hasta que llegamos al hotel. Pensé que te había dado algo malo en la cabeza, o... ¡O yo que sé, estaba asustado!
Se aparta de mi lado de un salto, seguramente provocado por la rabia y se lleva las manos a la cabeza mientras velozmente se las pasa por el pelo.
-En serio que lo siento, es que llevaba mucho sin salir de fiesta...- Encima de haberle hecho pasar una mala noche, le miento. Pero joder, no puedo decirle lo de Harry, ni de coña. Prefiero mentirle antes de destrozar a Harry una vez más.
-¡Pero no hace falta ponerse así!- Cierra sus manos en dos duros puños y pega fuerte contra la cama, haciendo que ambos rebotemos. Ahora se levanta y da vueltas por la habitación mientras yo solo puedo decir "Niall" o "Lo siento".
Se mete las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans y se me queda mirando justo en frente mía, a los pies de la cama. Sus ojos muestran enfado y a la vez se curvan levemente dando a entender que también hay preocupación en sus palabras. Sus labios se unen en una línea recta que, poco a poco, se curva en una cálida sonrisa.
-No puedo ponerme serio con mi chiquitaja.
Vuelve a ponerse a mi lado, pero esta vez lanzándose con fuerza y con los brazos abiertos para cubrirme con ellos.
-Entonces, ¿no estás enfadado?
-No.
-¿De verdad?
-¡Que no! Solo quiero que me tomes en serio. Por favor, no bebas más. No me hagas decírtelo más veces.
-Vale, lo prometo, lo juro, de verdad.
Ahora me aprieta mucho más fuerte contra él.


Al parecer no estoy tan mal y me acostumbro al mareo constante mientras me visto con la ropa más sencilla que pillo de mi maleta, ya que ni en broma pienso salir a la calle con este aspecto de drogadicta. Tan solo mirarme al espejo asusta: ojeras negras, ojos hundidos, piel pálida y en general rostro cansado. Me pongo una camiseta roja lisa y unos shorts vaqueros al salir de la ducha, la cual me sienta muy bien. Mientras hago todo esto, Niall me cuenta más detalles de lo que pasó anoche, pero esta vez lo hace en forma de anécdotas graciosas, como por ejemplo, que mi prima bailaba de forma muy rara o que se encontró a una de las bailarinas desconocidas y se cayó al suelo en ese mismo momento. También me recuerda que hay que recoger a mi hermano, ya que le dejamos con Lou Teasdale y la pequeña Lux porque no me parecía bien llevármelo de fiesta por su edad. Lou, muy amable, se ofreció a cuidarle esta noche.
 El Niall enfadado que nunca había conocido ha desaparecido por completo en cuestión de segundos y espero que no vuelva a aparecer y que no le de motivos para hacerlo. De repente una pregunta aparece en mi cabeza e inevitablemente sale por mi boca ardiendo como el fuego. Es algo que tengo que saber.
-Niall.
-¿Qué?
-Anoche, entonces, si me recogiste y me trajiste aquí significa que hemos dormido juntos...¿no?
-Así es.
Hago una mueca que ni siquiera sé lo que quiere decir y sigo recogiendo ropa de mi maleta o ordenando el baño tras haberme duchado. Un silencio sepulcral se cierne sobre nosotros antes de que Niall, con una sonrisilla, diga lo que a él le está quemando:
-No, no hicimos nada...- Conforme lo dice baja la cabeza y el tono de voz, lo que me hace verle más adorable aún.
-¡No, no es por eso!- Yo me río bien fuerte, añandiendo naturalidad al asunto.- Es porque llevaba muchísimo tiempo esperando la noche en la que por fin durmiese contigo y me jode que no me acuerde de nada.- Sin pensarlo me sincero totalmente con él. Aunque a veces no parezcamos pareja, sino que solo muy amigos, ya no tengo miedo de ser cursi delante suya, o de besarle cuando me muera de ganas.
Niall sonríe mientras hace la cama.
-Yo te lo cuento todo. Quién sabe, a lo mejor logro refrescarte la memoria.
 Habla despacio, como si fuese a dejarme intrigada de un momento a otro.
-Entré en la habitación contigo sobre mis brazos.
Tan solo al empezar un escalofrío recorre mi cuerpo al venir la imagen a mi cabeza. Solo con imaginarme sobre sus fuertes brazos rojos por la intensidad del sol español me muero de amor.
-Te dejé sobre el suelo mientras preparé la cama, a la que añadí varias sábanas y mantas porque no parabas de tiritar. Te quité los tacones y al sentirme yo también mareado- Se ríe de él mismo- decidí subirte a la cama antes de que me quedase sin fuerzas para ello. Entonces me acosté contigo, tapándote con todas las mantas y además, abrazándote.
Hace una larga pausa y me observa de arriba a abajo, ahí, sentado sobre la misma cama de la que habla mientras el sol que se filtra por la cortina hace su cabello más rubio y su piel más reluciente.
-Yo también tenía muchas ganas de dormir contigo.
Justo en ese momento llaman a la puerta, pero tiene que ser él es que abra porque yo me quedo totalmente tonta con la frase que acaba de soltar. Es que no ha sido "Quería pasar la noche contigo" o "quería hacerte el amor" o "Quería hacer algo más"... ¡Qué cojones, yo también quería de una vez por todas, yo también quería amarle! Pero sin embargo, me ha dicho "Yo también tenía muchas ganas de dormir contigo" ¿Qué frase puede enamorar más que esa? El solo pensamiento de que un tío te diga eso ya te deja sensible, porque aunque detrás de toda la dulzura estén las ganas de destrozar la cama juntos, ha dicho que quería pasar la noche conmigo, y eso para mi significa mucho.
-¡Marina, estás viva!- Mi prima llega , de un salto me abraza bien fuerte y se me quita toda la sensibilidad de golpe. Mientras me abraza veo entrar por la puerta igual de rápido a Vito.
-¡No sabes el susto que me has pegado, Marina!- Ahora mi prima se aparta  para que Vito me abrace.
-¡Eh, que estoy viva!- Me río para quitarles la preocupación mientras las dos respiran por haber venido tan corriendo.
-Me la he encontrado desayunando y me ha contado lo de ayer, lo de que te desmayaste, y hemos venido rápido. ¿Estás bien?- Dice mi prima.
Yo le asiento con la cabeza y mientras veo aparecer por la puerta a Cris con Raquel y Mónica. Todas nos saludan a Niall y a mi mientras van llegando más bailarinas y finalmente, Zayn, Louis y Harry.
En menos de dos minutos todos saludan alegremente y no me corto a la hora de abrazar a Harry o tocarle el pelo, porque tengo muy claro que nunca dejaré de hacerlo.
-¿Cómo estás?
-Mucho mejor- No sé si miente o no, el caso es que sonríe.- ¿Y tu?
-Bien, si tu lo estás.
Ahora su sonrisa se hace más amplia.
Mi prima y Vito, preocupadas, no se separan de mi. De mi prima me lo esperaba, pero de Vito no tanto porque la conozco desde hace dos días. Lo entiendo porque desmayarme a su lado supone un gran susto que no se quita fácilmente.
La gente se va sentando en varios sitios mientras hablan de la noche anterior. Zayn, Cris y Frai se sientan sobre la cama, por lo que Niall corriendo intenta echarles de allí ya que la acaba de hacerla hace 10 minutos.
-¡Eso es porque por aquí tiene escondidos los condones de ayer!- Espeta Louis mientras salta por la cama y esquiva a Niall, que en ese momento quiere pegarle.
 Los demás van sentándose en el suelo, o sobre las grandes maletas, o en alguna que otra silla, y cada uno cuenta cómo les fue.
-Yo no me acuerdo casi de nada... Un poco del final, casi antes de irme, porque paré de beber.- Dice Cris, mientras Frai le lanza una mirada de complicidad y se chocan la mano.
-¿Puedo ser sincero?- Vuelve a hablar Louis con una sonrisa que hace que lo que vaya a contar ya sea prometedor.- A mi una de las bailarinas de esas que conocimos ayer que no era ninguna de vosotras estuvo perreándome pegando su culo contra mi...bueno, ya sabéis.- Todos nos reímos mientras Vane grita "¡Seguro que fue Adela, la muy puta!"
-A nosotras se nos acercaron unos chicos, pero iban tan borrachos que no tengo ni idea de lo que dijeron. Casi ni vocalizaron- Habla Mónica señalándo a Paula, Vane, Raquel y Vito.
-Yo hice muy buenas y para qué engañarnos, comprometedoras fotos...- Elena nos mira a todos con sus expresivos ojos azules muy abiertos intentando intimidarnos mientras gritamos "¡Eso no vale!" "Seguro que salgo fatal..."
-A Zayn también se le acercaron algunas "guarras" como vosotras decís- Dice Louis, señalando la palabra "guarras" en un español muy raro.
-¿Harry, y tú? ¿Qué tal? Estás muy callado.- Dice Frai de repente.
-¡Eso es que ligó!- Se atreve a decir Paula, que es una de las más tímidas, por lo que enseguida se ríe de sí misma.
-¡No! Solo bailé y bebí, mucho...- Se ríe mientras se toca la cabeza y yo intento que toda la mierda que me hizo acabar tan mal no venga de nuevo.
-La que si ligó fue Raquel...- Esta vez es Vane la que hace que todos nos centremos en ella y luego, en Raquel- Y además- Prosigue- Con un chico de esta sala...
-¡Venga, déjalo ya, Vane!- Zayn habla  haciendo que todos explotemos en risas y comentarios casi a gritos.
-¿Qué pasó?
-¡Eso, contadlo!
-Zayn no te rías más y cuéntalo.
-¡Raquel está tan roja como la camiseta de Marina!
-A ver, joder, callaros ya- Raquel intenta parecer enfadada pero le sale fatal- Me empujaron sobre Zayn y por pocas le como la boca. ¿Ya? ¿Estáis contentos todos?
-¿Zayn, eso es verdad?- Pregunta Niall, con la risa de por medio.
-Sí, pero fue un accidente...Sois unos críos, venga ya...- Dice, pero a la vez se ríe. Los comentarios y el cachondeo empiezan de nuevo.
-¡Cuidado con Perrie!
-¡Eso, que la rubia se enfada!
-Raquel, que calladito te lo tenías...
La chica esconde su cara enrojecida tras el pelo de Paula, y aunque ahora todos se ríen ( sin mala intención) de ella, yo le sonrío con ternura porque creo recordar que cuando desayunamos juntas dijo que su debilidad era Zayn y me imagino que no habrá asimilado el estar al lado de los chicos...¡imagínate un beso con tu debilidad!
Aunque claro, aquí estoy yo, que aún no asimilo ser la novia de mi amor platónico... Si es que suena hasta raro, coño.
-¡Si ni siquiera fue un beso, si me caí! ¡Hasta tuve que hacerle daño! ¿Verdad, Zayn?
Zayn asiente pero en seguida el tema de conversación se cambia cuando planteo la siguiente pregunta:
-¿Soy la única que se ha dado cuenta de que aquí faltan Dani y Liam?
-No, no lo eres.
-Anda, pues es verdad.
-¡Qué estarán haciendo!- Todos en seguida, vuelven a levantar la voz.
-Yo y Paula nos vinimos casi a la misma vez al hotel con ellos y la última vez les vi fue entrando a la habitación de Liam...- Cuenta Vane.
-¡Ahí tenéis la respuesta!
Ahora todos nos reímos con dobles pensamientos. Me alegro de que seguramente Dani y Liam por fin han encontrado su momento y seguro que lo han disfrutado al máximo.
Miro a Niall mientras se ríe abiertamente de todo, como de costumbre.
¿Y nuestra noche, para cuando?


Liam lleva un buen rato despierto observando a Dani. Parece que se ha despertado solo para eso, solo para observar a su chica detenidamente y captar cada detalle, como si solo con su mirada fija pudiese hacer que se quedase ahí, a su lado, para siempre.
Su pelo se esparce por la almohada vistiéndola de rizos castaños, aunque algunos más traviesos permanecen en las mejillas o en los hombros de Dani. Uno de sus brazos está sobre sus rizos, de una postura con la que se adivina que se ha movido bastante por la noche, y el otro descansa sobre su pecho desnudo en una posición que no evita que se vean por completo. Las sábanas grises que vestían la cama de la habitación ahora tapan lo que ninguna sábana tapó anoche para Liam. Una de sus largas y rectas piernas de diosa descansa sobre el filo de la cama y la otra se entrelaza con uno de los pies de él. Así, con los ojos semi cerrados y los labios sellados en una media sonrisa adormilada, Dani se despereza con ambos puños en alto y no tarda mucho en ver por completo el rosto de Liam. Sim embargo, su felicidad mañanera no evita que le de corte su postura y que la fija mirada de Liam sobre su cuerpo le intimide, así que se sienta sobre la cama llevando la manta hasta sus clavículas. Liam niega con la cabeza y ella le sonríe.
-¿Ahora te vas a avergonzar?
-Es que me miras mucho...
-¿Te molesta?
-No.
-Y aunque te molestase, es algo que no puedo evitar.
Dani, en la confusión de quién está recién levantado, pega la manta más aún contra su cuerpo. Siente timidez por estar completamente desnuda al lado de su chico con la misma escasez de ropa. No es su primera vez, pero si la primera vez que amanece en la clara luz del día sin nada encima y una mirada tan fija sobre ella.

Anoche, Dani no era Dani. Ni siquiera iba borracha, ninguno de los dos lo estaban, pero las ganas de amar cambian a cualquiera, o más bien, se manifiestan sin importar quién sea la persona. Bailaron y bebieron con los demás lo que puede durar un beso, así que se alejaron a darse muchos más y tras algunas palabras que necesitaban decirse bajo la intensidad de la noche, Dani tiró de Liam y casi lo arrastró a llamar a un taxi. Les costó contenerse durante el trayecto, pero no se cortaron ni un pelo al adentrarse en el ascensor del hotel corriendo, riéndose y hasta saltando mientras todas las familias que aquí se alojan les miraban al pasar.
Allí fue Liam el que no aguantó más y sin importarle que allí había un hombre de camisa blanca y pantalones azules oscuros que les miraba con extrañeza y hasta asco, la cogió de la cintura e hizo que se pusiese de puntillas para darle un tierno beso que, segundos después de carreras por el pasillo hasta llegar a abrir la puerta, terminaron en mordiscos en el cuello, manos que recorrían otras zonas y suspiros profundos.
Ni siquiera se molestaron en encender la luz, con la que entraba blanca como las paredes de la habitación bastaba. La luz caía sobre la cama igual que ellos lo hicieron sin perder más tiempo. Liam cogió a Dani de las caderas de nuevo, pero esta vez hasta levantarla muy alto y hacer que ella chillase. La luz caía con delicadeza y elegancia sobre las sábanas, pero ellos se tiraron con fuerzas y ganas de buscarse la piel de nuevo. El vestido de Dani acabó del revés sobre el suelo, la camiseta de Liam chocó con las cortinas que temblaron al igual que ella lo hizo al sentir las manos de él sobre los pechos que ahora se tapa. Dani le empujó hacia atrás, pero en seguida Liam se puso encima sin cesar de morderle el cuello, de dejarle señales de amor y besos que le hacían gemir sin aún haber hecho nada. Cuando al fin pasó, después de 5 meses de espera, Dani suspiro tan alto como si hubiese gritado y Liam, moviéndose despacio y delicadamente dentro de ella, le susurró:
-He estado esperando mucho tiempo para amarte así. Quiero tenerte conmigo toda la noche. A mi lado.- Le dijo, con la respiración acelerada y la voz con diferente volumen y entrecortando palabras.
Dani, sintiéndole muy dentro, curvando sus manos en garras que se incaban sobre su musculosa espalda, le contestó:
-Yo quiero tenerte conmigo toda la vida.
El resto de la noche fueron gritos, arañazos en la espalda de Liam y movimientos bruscos por parte de él que hacían que ella suspirase chillando la misma frase. Hasta que, tras un rato, hubo un grito final de placer tan fuerte y tan raro que desconcertó a Liam por varios segundos. Se separaron y aunque no han permanecido toda la noche abrazados, antes de caer rendidos lo hicieron.
Dani no fue Dani, pero cabe decir que Liam no fue Liam. No saben si es por que lo llevaban esperando o porque ahora se aman más que cuando lo hicieron por primera vez, pero esta noche han sentido de verdad llegar a ser una sola persona.
Ella le observa de arriba a abajo cuando se levanta sin cortarse y dedicándole una sonrisa, se viste. Aún siente esos fuertes brazos sobre ella, tomándola con fuerza, o el sudor que brillaba en su frente, o sus ojos que la miraban con ternura a pesar del momento en el instante en el que le susurró aquella frase. Al final, mostrándose tal y como vino al mundo, se destapa y empieza a vestirse al otro lado de la cama, justo en frente de él. Vuelven a comerse con la mirada.
-Vamos con los demás. Se estarán preguntando dónde estamos.- Dice Liam.
-Se lo imaginan- Contesta Dani.



Decidimos quedar todos de nuevo en la piscina para tomarnos allí algo y relajarnos antes de comer en el restaurante, porque en el SPA no podríamos hacer ruido y aún quedan muchas cosas que contar o de las que reírse de la fiesta que nos pegamos todos anoche. Por fin veo aparecer a Dani de la mano de Liam por la puerta de cristal de la piscina cuando todos ya nos hemos colocado: toallas, bolsos, olor a crema solar, biquinis de colores, gafas de sol...
-¡Qué habrás hecho anoche! Me lo tienes que contar todo con detalles.- Le digo al oído cuando la abrazo.
-¿Todos los detalles?- Dani se ríe con la voz aguda y las cejas levantadas. Yo abro la boca sorprendida y le pego en el hombro diciendo "¡Eres una guarra!" con voz pícara.
Pero aún tengo que hablar con Harry, preguntarle si está bien, pedirle perdón por no haber estado animándole... Lo que pasa es que no encuentro el momento ahora que estamos rodeados de gente. Mientras pienso alguna excusa para quedarnos solos, Niall llama mi atención diciendo mi nombre.
-¿Qué?
-Tengo que hacerte esta pregunta...
-Vale, dime.
-Anoche...- ¿Otra vez? Quiero dejar de hablar de anoche porque para mi fue horrible. Y eso que no me acuerdo-... cuando Vito te traía hacia mi gritabas con todas tus ganas.
-¿En serio?
-¡Y tanto, si dabas hasta miedo!- Ahora se ríe de mi mientras yo le pego en la cara con suavidad para no hacerle daño. Tarda varios segundos en relajarse y seguir.- Gritabas "¡Harry, Harry!" con tal desesperación que tengo que preguntarte por qué le buscabas...¿Pasó algo malo?
En este momento debo de haber cambiado la cara tan súbitamente que la suya muestra confusión .Lo peor de todo es que no me acuerdo de absolutamente nada y no sé ni qué contestarle.
-No me acuerdo.- Le digo la verdad mientras busco una mentira que soltarle.
-Pero... es que Marina, lo gritabas tan... tan fuerte que...
-¡Ah, sí, sí!- Me viene una excusa a la mente, creo que puede valer.- Es que me había empezado a encontrar fatal antes de que Vito me encontrase medio dormida y la última persona que vi fue a Harry, estuve bailando con él... Creo que fue por eso, sí, estuve llamándole pensando que estaba cerca y luego me volví loca...
-¡Ah, es eso! Joder que susto, es que pensaba que le había pasado algo.
Me quedo mirándole cuando él me esboza una sonrisa y me pregunta "¿Vienes a bañarte?" antes de contestarle que sí. Parece que la suerte está de mi lado y encuentro el momento para hablar con Harry, ya que está sentado en el borde de la piscina con los pies dentro del agua. Niall, con su torso quemado que ninguna crema solar puede calamar ya, se tira a la piscina salpicando a Louis, que se tira hacia él mientras y pelean en el agua. Llego al lado de Harry y me siento diciendo "Hola"
-¡Hola!
No puedo evitar mirar todos los tatuajes que tiene en el cuerpo. Soy de esas personas que encuentran atractivo en los chicos con tatuajes. Además, si Harry de por sí ya tiene un cuerpazo, así me parece más sexy aún. Siempre me ha llamado la atención la gran mariposa que tiene algo más arriba de su estómago y los pájaros que vuelan sobre sus clavículas. Con el pelo pegado por culpa del agua y una sonrisa de labios húmedos me sonríe.
-¿Estás bien?
-Sí, estoy bien.- No se lo piensa mucho antes de contestar. Eso es buena señal, ¿no? Vuelvo a estar nerviosa.
-¿De verdad? Por favor, Harry- Hago que me mire solo con cambiar el tono de mi voz- No me mientas.
-Marina, cielo, de verdad que estoy bien. ¿Y tu? ¿Estás bien?
Ahí no sé que decir. Estoy mejor, pero no creo que esté bien. No sé si él ha sido sincero, pero yo al final lo soy.
-Podría estar mejor, pero la culpa es mía. Me siento mal porque ayer, en vez de estar contigo, me emborraché y me olvidé del mundo. Vengo a decirte que lo siento.
-No tienes que sentir nada de nada. Eres una de las mejores personas que conozco y si no fuera porque ahora mismo está todo el mundo mirando, te daría un gran abrazo. Pero quedaría un poco raro, ¿no crees?
Me lanzó sobre sus pectorales y noto su cuerpo caliente por el sol pero a la vez húmedo al estar recién salido de la piscina.
-¿Ha quedado raro?
-Bueno, no lo sé. Lo que es raro es que ya se hayan bañado todos y tu aún estés seca.
Y aunque tengo puesta la misma camiseta ancha roja de antes, no le importa y  hace que finalmente acabe en la piscina.




El día se muestra más soleado aún cuando van a irse a comer al restaurante del hotel, por eso no dudan el volver al agua justo después de arrasar con todo lo que han podido, sobre todo por parte de Niall. Marina va superando su dolor de cabeza poco a poco y además, se siente mejor al saber que Harry está bien, o al menos lo aparenta con todo el mundo, sonriendo o hablando sin tapujos de anoche. Dani y ella tienen mucho que contarse, porque Marina siente la necesidad de contarle lo de Harry a alguien y no hay nadie mejor que ella. Dani necesita gritarle a alguien todo lo que ama a Liam, que también quiere, pero si lo hace al mundo como Niall hizo en el concierto, su chica lo pasaría mal y ese pensamiento aún permanece en su cabeza.
Cristina está sentada al lado de Louis recordándonos a todos a Eleanor, solo que ella es más abierta y más chistosa. Louis no para de achicar sus ojos azules y sacar su sonrisa más amplia cada vez que dice algo. Zayn y mi hermano, al que hemos recogido de la gran habitación de Lou Teasdale y la pequeña Lux justo para comer, intentan entenderse como pueden y también se pegan sus buenas risas. Las bailarinas hacen uso de todo el inglés que pueden, unas más que otras, y se divierten en la mesa. Todo parece estar como antes, y eso tranquiliza a Marina que aunque aún se da asco de si misma, ahora se siente un poco mejor y sonríe al ver a su chico comer como un oso.
-Hola, ¿Eres Elena, verdad?- Andrea, mejor dicho... Frai, se acerca a la prima de Marina por detrás, sorprendiéndola en su asiento.
-Sí- Le sonríe.
-Ninguna de ellas- señala a las demás bailarinas, que van a su rollo- saben dónde está el servicio y antes he visto que tu has ido, ¿podrías acompañarme?
-¡Claro!- Elena en seguida se levanta y le guía por entre las mesas hasta llegar a un sitio apartado del restaurante dónde hay dos puertas con un muñeco y una muñeca dorados sobre ellas. Entran a la puerta de la muñeca y acaban en el típico servicio de varias puertas, un espejo bien grande y algunos lavabos.
-El de Barcelona estaba mucho más descuidado, la verdad- Comenta mi prima. Se da la vuelta y ve a Frai en mitad del pasillo entre los lavabos y las puertas amarillas de los servicios. Al verla ahí parada, sonriendo y sin decir nada, su expresión cambia y se queda igual de quieta sin saber que decir.
-Creo que ninguno está ocupado...
-Lo sé.- Frai la corta de inmediato- En realidad no quería ir al servicio, solo hablar contigo. Quizás no debería decírtelo, pero...Bueno, no puedo callármelo.
Elena traga saliva y asiente con la cabeza dándole a entender que está dispuesta a escucharla. Se alarma, aunque intenta no hacerlo notar. Cuando Frai sonríe, sus labios curvados de esa manera transmiten desconfianza y ponen nerviosa, como si escondiese algún secreto.
-Te vi anoche y sé lo que hiciste.
Con esa sola frase, Elena da un respingo y abre sus ojos levemente mientras aprieta sus labios y a la vez las manos sobre su vientre.
-¿Qué?
-No hagas como que no te acuerdas o como que no sabes nada. Ayer yo estaba delante cuando te lanzaste y sí, reconozco que os seguí. Lo vi todo, y cuando digo todo es t-o-d-o. - Deletrea la palabra despacio y con la sonrisa aún más grande.
Elena solo contesta con silencio.
-¿Sientes algo por él?
-Eso a ti no te importa.
-Oye, no te pongas chula.
-Eres tu la que me has traído aquí para restregarme que me has visto.
-Vale, vale, lo siento. No seré mala contigo.- Frai se acerca despacio a Elena. Intenta retroceder pero le coge del brazo para poder hablarle bien cerca. Los grandes ojos claros de Elena se encuentran con los marrones con gafas de Frai a menos de dos milímetros mientras le dice, con prepotencia:
-No diré nada si tu me lo dejas a mi y no vuelves a tocarle.
Seguidamente da la charla por terminada empujándole hacia un lado mientras sale por la puerta sin mirar atrás. El rostro de Elena se pone más blanco aún hasta palidecer. Se mira a uno de los espejos mientras, sin importarle el dolor, pega puñetazos contra los lavabos.
-Mierda, mierda, mierda...








sábado, 10 de agosto de 2013

CAPÍTULO 8.

La noche no tiene pinta de ser lo que esperaban Marina y Harry. Querían una noche de diversión y bailes pero se encuentran metidos en sus pensamientos y sin saber qué hacer ni que decir en la furgoneta de camino a la discoteca que Louis ha asignado. Harry se maldice a él mismo por no poder controlar sus sentimientos, porque cuando parecía que Marina solo era una chica más en su vida, tuvo que renacer el instinto de protegerla, abrazarla y gritarle al mundo que es solo para él. Todas esas noches de insomio intentando no echarla de menos, buscando imperfecciones como quien busca una gota en el mar, sonriendo en los conciertos cuando estaba apunto de llorar en las canciones que más le recordaban a ella... Pequeños detalles con los que todos alguna que otra vez han sospechado que estaba mal, pero que solo Louis ha sabido ver. Su mejor amigo, el mismo que ahora mientras conduce le lanza una mirada empática en vez de, inútilmente, hacerle reír.
También se sentía una mierda de persona porque había intentado besar otra vez a la novia de su amigo. Niall siempre se ha portado genial con Harry, con todos. Es un auténtico hermano y además, si alguien del grupo se merece ser feliz y vivir momentos empalagosos junto a la chica ideal, es él. Siempre ha sido el que lloraba a escondidas creyendo que nadie le oía cuando veían alguna película de esas que te ponen sensible, es el que escribe las canciones más bonitas y el que, de vez en cuando, da rienda suelta a su romanticismo soltando alguna frase preciosa que luego se arrepiente de haber dicho porque se burlan cariñósamente de él. Es el más pequeño y adorable de la banda, el que podría haberse liado con muchísimas chicas mil veces más guapas que Marina pero siempre ha esperado. Y ahora que su espera tiene fin, Harry se siente la peor persona del mundo por haber intentado, por segunda vez, que vuelva a tener un principio.
En los asientos de atrás del coche, mirando por la ventanilla las luces que iluminan Madrid, Marina se tortura a ella misma repitiéndose la frase "Le estás haciendo daño". Al igual que Harry, se siente una mierda de persona por estar haciéndole sufrir. Siente ganas de pegarse un buen guantazo al acordarse de cada vez que le ha torturado en estos 5 meses con sus "Echo de menos a Niall" pensando que ya estaba todo olvidado, que el sentimiento inútil de quererla había desaparecido por completo. Pero no. ¿Y, sinceramente, por qué? ¿Qué tiene ella que no tenga la preciosidad de su prima Elena, o el cuerpazo de Cris, o la belleza natural de Dani, o cualquiera de las chicas que quieren salir con él? Marina tan solo se siente una del montón, de esas que pasan desapercibidas por la calle y hasta que no la conoces de bastante tiempo no te atreves a decir "es bonita". ¿Personalidad, quizás? En eso estaba aún más confusa. Se enfada con facilidad, contesta a todo de mala gana, es borde, extremadamente borde si tiene un mal día y si no lleva la razón su mala cara estará ahí permanentemente. Si aún no tiene claro por qué es una de las mejores amigas de Louis, Liam y Zayn y aún no tiene claro por qué es la novia de Niall, no puede creerse que Harry siga enamorado de ella.
Hay otro pensamiento que los dos tienen en común: se van a emborrachar, bailarán hasta no poder ni pestañear y se reirán como si absolutamente todo lo que sucede fuese cómico.
Hoy, al menos durante unas horas, van a olvidarlo todo.

En la puerta se reúnen con Frai, Mónica, Sofía, Raquel, Vito, Vane, Paula y algunas bailarinas más. Hace un par de horas Frai se atrevió a llamar a Marina porque las demás solo decían "Aish, es que la conozco muy poco" "Me da cosa, jo, es que..." "Llama tu, que eres la que nos ha presentado..."
Una vez allí comienzan las presentaciones de Elena y Cris con ellas y de todos a las nuevas bailarinas que, según las que conocemos, "Solo se han acoplado para pillar algo con los chicos".
Aunque entran todos juntos solo hacen falta unos 10 minutos para que cada uno vaya a lo suyo. La discoteca tiene una decoración ultra moderna de asientos de cuero blanco y formas raras, una barra circular en el medio que de vez en cuando se ilumina con luces rojas y una pista de baile llena de gente y muchos focos que transmiten formas de colores.
 Zayn y las bailarinas no dudan en adentrarse entre toda esa gente y bailar como si quisiesen bajar dos tallas en esa misma noche. Liam y Dani se pierden entre todos intentado encontrar un sitio tranquilo, aunque parece imposible en una discoteca tan marchosa. Niall venía con la idea de no acabar como la última vez que salieron de fiesta: con Marina mal y él aún peor, pero se sorprende al ver que su chica se dirige directamente a la barra y pide algo que no logra oír. Harry hace exactamente lo mismo justo al lado de Marina y sonriéndose, se dedican el primer trago. Es como si se acabasen de leer la mente: ambos quieren acabar con todo, olvidar el "casi beso" y hasta olvidar por completo el beso de hace..¿Cuánto tiempo? Los calculos no les salen a ninguno de los dos. Eso significa que el rato que llevan bebiendo funciona.
-¡Eh, ahí está Niall! ¡Anda, rubio, vente a bailar!- Dice Cristina, que ya va a un poco mareada. Como Niall también ha bebido bastante se anima y se va con ella y Zayn, que le espera a pocos metros.
Al poco tiempo Elena aparece al lado de Marina y le pide que se vaya con ella a bailar. Mantiene su mirada con Harry varios segundos más antes de decirle que sí y de su mano y posando de manera idiota para sus fotos, se adentran entre los pasos de baile de los demás que hay allí.
Harry se queda mirándola mientras dice "no" con la cabeza. Pega un puñetazo en la barra y apoya sus brazos mientras entrelaza los dedos en su larga melena. Louis aparece a su lado y le pilla por sorpresa.
-¿Dónde estabas?
-Observándote. Tío, déjalo ya, por favor- Le quita el vaso de la mano- Estás al borde del coma etílico. Los ojos azules de Louis se curvan levemente mostrando preocupación. Harry no intenta volver a coger el vaso y además acepta la mano que Louis le tiende. La aprieta con fuerza.
-Salgamos de aquí. Vamos a un sitio más tranquilo. Necesitas desahogarte con alguien.
Harry saca media sonrisa mientras le mira.
-Más bien, necesito estar solo y despejarme un poco. Gracias Louis. Gracias por todo.
Éste sonríe y le deja ir mientras pide algo en la barra." A veces es mejor dejar a alguien solo para que aclare sus ideas", piensa.

Harry deambula por la discoteca con un vaso de tubo en la mano muy cargado, tanto que con un solo sorbo ya estás mareado. Él lleva ya medio vaso, así que va más que mal. No ve bien los colores, no distingue entre si conoce a  las que bailan a su alrededor o no , no oye lo que le dicen, no sabe dónde está, no reconoce a los que le hablan y contesta "sí, sí" o se ríe de todo. Podrían estar amenazándole de muerte, que él se reiría como si hubiese fumado la más fuerte de las drogas. Bueno, se ha enamorado. Eso cuenta, ¿no?
De repente se choca con una chica que parecía venir hacia él. Achica los ojos todo lo posible para enfocar la imagen y saber quién es, pero nada de nada. Parece tener el pelo rubio. Se ríe con voz chillona y nota su calor cuando se pega a bailar cerca de él. Su aliento huele a puro alcohol. Por un momento piensa que es Elena, pero esa voz para nada es la suya. Cuando menos se lo espera, la chica coge la mano con la que sujeta el vaso y tira de ella haciendo que lo poco que quedaba de bebida caiga a la pista. Pone su mano justo en el trasero de ella y sin pensarlo más le muerde el labio con fuerza. Ahora le besa fuerte, tanto que siente dolor en sus labios. Aunque no es más grave que el dolor que siente por Marina. Marina. Marina. Siempre Marina. Desde que la conoció, Marina. Sufriendo por Marina. Pues ya está hasta los cojones de Marina. Ahora tiene a una chica comiéndole la boca y, ¿por qué no decirlo? Él se la está comiendo a ella. Ahora la chica le coge la otra mano y le empuja más aún, poniéndola sobre el culo también. Poco a poco su boca a base de mordiscos y besos baja hasta su cuello y se detiene ahí mientras absorve su aroma respirando bien fuerte.
"¿Ves esto, Marina? Una chica me está llenando el cuello de chupetones"
Ahora la misteriosa chica lleva sus manos al pelo y le despeina de manera desenfrenada mientras vuelve a sus labios respirando en ellos con la boca abierta.
"¿Ves esto, Marina? Una chica me está tocando el pelo de la misma manera que tu lo haces"
Finalmente va a lo que le interesa y deja de revolver su pelo para arrancar de un solo tirón varios botones de la camisa azul de Harry. Mete sus manos por ahí y recorre cada uno de sus músculos y tatuajes con unas uñas afiladas que le hacen cosquillas.
"¿Ves esto, Marina? Una chica me está tocando como si quisiera tomarme aquí mismo"
Y como es eso lo ella que pretende, se abalanza sobre él y a empujones le saca de allí. Harry tira el vaso por los aires y agarra con fuerza el culo de esa desconocida mientras impulsa la lengua dentro de su boca. Entre beso, caricia y gemido con ganas de ser orgasmo, entran en una habitación llena de botellas vacías y cosas de mantenimiento de la discoteca que inexplicablemente está abierta.
La extraña le quita la camisa a Harry en cuestión de segundos y la tira al suelo mientras con la palma de sus manos le acaricia con deseo. Él coge su camiseta y hace que vuele por los aires antes de hacer lo mismo con el sujetador, aunque no consigue ver muy bien los pechos que tiene delante porque solo entra una débil luz por la rendija de la puerta.
"¿Ves esto, Marina? Voy a follarme a una chica porque ya te he olvidado"
Ahora ella se baja la falda y directamente también las bragas, dejando ambas cosas en el polvoriento suelo. Se lanza a los pantalones de Harry y los baja con fuerza empujando tanto hacia abajo que casi le tira a él también, haciendo una pausa antes de bajarle los boxers posando su cuerpo totalmente desnudo sobre su torso . Un escalofrío recorre su espina dorsal y se estremece al sentir los pezones de la chica sobre sus pectorales y todo lo demás en las partes bajas. Se pega aún más a él hasta que llega a su oreja.
-Hazme de todo, ricitos.- Le susurra, pero tal es su dolor de cabeza que ha parecido un grito.
Ricitos.
Eso es lo que solía decirle Marina cuando se saludaban en Londres, a parte de tocarle el pelo tal y como la chica ha hecho hace un rato, pero con más suavidad y cariño. Con el cariño y amor que se ha creado entre ellos en estos meses.
Un vago recuerdo le viene a la cabeza. Están esperando a Marina y a Danielle para ir a... ¿ a dónde? No lo recuerda. El caso es que están en la furgoneta, esperando. Él está fuera para llamar su atención al verlas. Cuando llegaron, Marina, como siempre, le tocó el pelo y le dijo "ricitos". En aquellos meses de frío invierno estaba empezando a gustarle. Y ahora intentaba olvidarla con una chica cualquiera en una discoteca perdida en los barrios más ricos de Madrid.
"¿Ves esto, Marina? Soy un gilipollas intentado reemplazarte en una noche con una guarra"
Justo cuando Harry vuelve de su recuerdo, la chica le baja los calzoncillos y se la agarra con ansia y una sonrisa pícara en su rostro. En seguida Harry la empuja y al estar de cuclillas cae al suelo con un pequeño grito.
-¿Eh, dónde vas?- Dice ella, con un tono totalmente serio y voz aún más chillona.
-Déjame.- Le contesta, mientras se pone de nuevo la ropa.
-¡No vas a dejarme así, ni de coña! ¡Ni se te ocurra salir por esa pue...!
Mientras Harry abandona la habitación, a la chica le pasa factura la borrachera y las palabras se ahogan en su vómito.


Si antes se sentía idiota, ahora está peor aún. Ha intentado sustituir su amor por Marina por una noche de sexo y no ha funcionado. Pero no es eso lo que más rabia le da, si no haberlo intentado. ¿La solución a un amor imposible es un rato de placer? No, para nada.
-Styles, te estás descontrolando. Lo fácil es dejarla en paz y ser su amigo, pero no, tu siempre tienes que ir a más- Se dice a él mismo.
Ahora se encuentra sentado en el suelo de los servicios de hombre junto a los lavabos y un gran espejo que ocupa  la mitad de una pared. Se ha echado agua helada a la cara para intentar frenar su mareo y se ha quedado así varios minutos, pero al no ser capaz de mirar su reflejo a acabado cogiéndose las  rodillas sobre el suelo de baldosas blancas.
-Aprende a manejar tus errores, idiota.- Sigue reprochándose lo que ha estado a punto de hacer a sí mismo mientras la imagen de Marina no se va de su cabeza ni un puto segundo. ¿El alcohol hace olvidar? Y una mierda, el alcohol hace que no sepa quién eres ni lo que haces, pero encima te trae lo peor a tu cabeza mientras intentas eliminarlo sonriéndole a la música repetitiva de la pista.
Súbitamente la puerta da un golpe en la pared. Montada en unos altos tacones y llevando un vestido de escándalo aparece Cristina. Esta noche va preciosa porque quiere pasarlo bien y vivir la fiesta, al igual que todos. Aunque claro, a veces no sale bien para cada uno.
-Ups, creo que me he equivocado de baño...- Tras decir eso apoyada al pomo de la puerta, sonríe y poco a poco su risa tiene más y más volumen. Se nota que va muy borracha, pero le está sentando bien.
-Eh, se dice "hola", ¿no?- Le espeta mientras sonríe, entrando al baño tambaleándose de un lado para otro.
-Hola, Cris- Le contesta con un gesto imitando a una sonrisa.
-Eh, eh, eh, ¿y esos ojos rojos? ¿No habrán salido lágrimas por ahí?- Ahora pone cara de preocupación exagerada, haciendo que él sonría un poco más. Se sienta casi cayendo de golpe y mientras aún le quedan carcajadas, se acurruca a su lado.
-¿Has estado llorando?
-Sí.
-¿Por qué?
-Por que soy un gilipollas.
-Todos somos un poco gilipollas.- Razona ella.
-Pero yo me llevo el primer premio.
-Voy a serte sincera, ¿vale? Vale.- Se ríe del hecho de haber contestado su propia pregunta.- No estoy en condiciones de escucharte porque de un momento a otro voy a desmayarme y a olvidar todo lo que he hecho hoy, pero quiero decirte de todas formas que...-Se acomoda mejor para poder observarle detenidamente- ¿Pero tu te has mirado en un espejo? Eres jodídamente perfecto. Tienes unos ojazos verdes increíbles, un pelo de anuncio de la tele,  un cuerpo de modelo profesional... Y tu voz, ¿has oído tu voz? Tu puta voz es la de un ángel. Así que te pase lo que te pase o hayas hecho lo que hayas hecho, recuerda que eres una persona genial. Además, eres muy majo por estar aquí escuchando las gilipolleces de una borracha sin rumbo en esta noche.
Harry ahora no sonríe, si no que saca toda una carcajada que le hacía mucha falta sentir. Definitivamente, está mucho mejor. Cris ha conseguido animarle algo, aunque sea un poco.
-Gracias Cristina, eres un cielo- Le coge la cara y le da un cálido beso en la frente.
-Mírate. Si es que eres un amor- Suspira por un momento- Ahora voy a mear, que si no reviento. ¿Me ayudas a levantarme?- A Harry le resulta muy cómico que esta chica tan guapa esté mostrando tanta transparencia en sus palabras.
-¿Me lo pides a mi, que estoy peor que tu?
Sonríe y se levanta a duras penas. Decide quitarse los tacones y caminar hacia el baño de mujeres descalza y con expresión de alivio.
-¡Anda, mira que espejo más grande para que veas lo perfecto que eres!- Dice, mientras riendo sale por la puerta.
Pasan unos minutos de silencio hasta que Harry decide hacerle caso a Cristina y echarse un vistazo en el espejo. Se sonríe a si mismo y susurra "No es para tanto, Styles. Todo irá bien" mientras sale de allí con el pensamiento de que la naturalidad de Cris y la compresión de sus palabras le han ayudado bastante esta noche.



Hay gente, muchísima gente a mi alrededor. La música está tan alta y yo estoy tan borracha que parece que los altavoces están dentro de mi cabeza. La única persona que logro reconocer al cabo del rato es a una de las bailarinas: Vito, que dice mi nombre y varias cosas más, pero  hasta que  me sacude bien fuerte cogiéndome de los hombros no me entero de lo que de verdad me está explicando.
-¡Marina, joder, escúchame! ¡Niall te está buscando fuera de la pista!
-Vito...
-¿Qué?
-Vito...
-¡¿Qué!?
No logro vocalizar ninguna otra palabra. Su imagen se va de mi cabeza cada cierto tiempo, haciendo que solo pueda ver los grandes focos de luz en forma de flashes. De vez en cuando oigo mi nombre, noto sus manos cogiendo mi cara o algún que otro tirón. Seguramente me está sacando de la pista, pero estoy medio inconsciente y no sé ni lo que hago. Ni siquiera estoy segura de que esa fuese Vito, lo veo todo tan confuso... Como si estuviese en un sueño.
Me he pasado bebiendo, lo sé, pero ese era mi objetivo hoy. Beber hasta reventar, hasta solo decir cosas inútiles o perder el sentido de la orientación. Aunque, bueno, ese no era el verdadero objetivo. En realidad lo que yo quería era olvidarme de Harry. ¿Lo he conseguido? Llevo un buen rato sin pensar en él, más bien, sin pensar en nada por que no sé ni dónde estoy. El último recuerdo claro que tengo es el de mi prima Elena sacándome a bailar y esa mirada que decía "adiós" para él. Justo después de irme yo, pude ver como pegaba un puñetazo en la mesa mientras Louis aparecía de entre varios grupos de gente y le decía algo. Ya llevábamos un buen rato tragando todo lo que se nos ponía por delante. ¿Habrá conseguido olvidar él también? ¿Dónde estará ahora? Quizás lo he tenido bailando a mi lado y no me he dado ni cuenta. ¿Finalmente, habrá llorado? ¿Estará Louis animándole? Eso debería estar haciéndolo yo.
Un tirón de brazo hace que me maree y caiga al suelo. Noto el peso de todo mi cuerpo cayendo lentamente. Unas manos me sujetan por las asilas y hacen que vuelva a estar de pie. Como un recién nacido, empiezo a andar torpe y lentamente. ¿Vito sigue aquí, conmigo? ¿Es la persona que me está ayudando?
¿Y Harry? ¿Dónde coño está Harry? ¿Por qué soy tan gilipollas y he preferido olvidar la situación a animarle? Lo que está claro es que no le he olvidado. Para nada. Es más, lo he tenido presente todo el rato, aunque sea en un débil recuerdo, porque es la razón por la que quería acabar así esta noche. Eso tampoco es verdad: así, no. El caso es que sigo teniendo la misma duda. ¿Dónde está? ¿Por qué soy tan gilipollas?
 ¿Por qué no estoy a su lado diciéndole que es una de las mejores personas de este mundo y no se merece sufrir por una estúpida como yo?
Otro empujón hace que caiga sobre algo, sobre alguien más bien. Noto varios gritos a mi alrededor y otro empujón más. Es como si un huracán de gente revoloteara a mi alrededor y la música fuesen bombas destrozando mi cabeza. Los gritos se meten aún más dentro de mi. ¡Basta, joder, parad ya! ¡¿Quién coño sois!? ¿¡Qué queréis!? ¡Salid me mi, solo soy una puta asquerosa de mierda que va haciendo daño a su amigo y luego no hace nada por animarle!
¿Harry, dónde estás? Por favor, ven. Eres el mejor. No permitas que tus hermosos ojos verdes se humedezcan por alguien como yo...
Al fin, veo algo claro. Niall. ¡Es Niall! Susurra mi nombre mientras aparta el pelo de mi cara y lo posa detrás de mis orejas o en mi espalda. Sonríe al ver que reacciono, que le sonrío también. Levanto mis manos y lentamente las pongo sobre sus redondos mofletes. Están ardiendo y completamente rojos.
-Niall...- Consigo decir.
-Marina, chiquitaja, ¿Cómo estás?
En vez de contestar sonrío aún más. Su mirada me tranquiliza, me saca las voces de mi cabeza, la música, las bombas y las interminables preguntas sobre Harry.
-Los dos estamos muy borrachos...- Ahora se ríe, pero en seguida cierra los ojos porque le da un leve mareo.- Dime, ¿estás bi..?
No logro oír nada más. Mi vista se nubla y ya no veo nada. Solo siento el golpe de mis rodillas raspándose en el suelo y mi cabeza cayendo sin freno hacia delante.
Me desmayo y ahí acaba mi noche.




lunes, 5 de agosto de 2013

CAPÍTULO 7.


Cristina y Elena se sientan a mi lado cogiéndome las manos como si ahora mismo estuviese dañada, triste o algo por el estilo, pero en relidad mis lágrimas van cargadas de rabia y queman mis mejillas haciendo que apriete los dientes hasta hacerme daño en las mandíbulas.
Noto que Liam, tras salir de allí a toda ostia con la furgoneta, ahora se mezcla entre el tráfico como un vehículo más y disminuye la velocidad, lo que a la vez me tranquiliza. Zayn, en el asiento de al lado, le da indicaciones sobre dónde está el hotel. Son las únicas palabras que se oyen, porque todos vamos completamente callados. Mi respiración entrecortada también rompe el silencio, haciéndolo aún más incómodo. Al ir dos personas más en el coche, mi hermano y Harry intentan coger un sitio en el suelo, Dani entrelaza las piernas con las de Elena , Louis está casi aplastado en el cristal y Niall está muy encima mía. A pesar del agobio que me abarca y de las ganas de estar sola, no quiero que se mueva de donde está.
Entonces, intentando respirar de forma normal y relajar todo mi cuerpo sobre el asiento, me doy cuenta de lo que acabo de hacer: un error de los que no se corrigen fácilmente. Me acabo de pelear con una Directioner, aunque a esa niña no se le puede llamar así. Más bien, es una fan idiota que solo les quiere por sus caras bonitas. Todas las que se comportan así son iguales. El caso es que eso va a darme a mi una malísima reputación, pero sobre todo al grupo, porque sé por experiencia propia los disfraces que usa la prensa para las noticias y todo el mal que puede causarles eso.
-Es que soy jodídamente gilipollas. Lo siento, chicos, de verdad.
-¿Lo siento?- Dice Harry desde abajo, colocado al lado de mis pies.- Tu no tienes la culpa de nada. Es esa niña.
-Y como esa, hay miles- Se une Zayn, asintiendo con la cabeza mientras seguro que varios recuerdos le vienen a la mente.
-Ya, eso lo sé, pero yo también tengo parte de culpa. Pensad en todo lo que va a venir ahora: “Marina Gijón, la novia de Niall Horan, se pelea con una fan”. Lo único que voy a traer ahora son mierdas y rumores al grupo.
-Es verdad que deberías haberte controlado, aunque no te juzgo, no eres la única que hace cosas...peligrosas- Niall capta la atención de todos los presentes con la voz más grave de lo normal.- Pero si se crean rumores, los destruiremos y superaremos todo lo que nos venga. Ya estamos, digamos que acostumbrados, aunque sea un poco.
-Prometo que la próxima vez me controlaré. Dani me enseñará.
-¿Yo? No le he pegado porque te has adelantado tu.
-Pues una de dos... O nos controlamos, o le pegamos juntas.
En seguida todos se ríen y nos acompañan diciendo cosas graciosas, sobre todo por parte de Louis.
-Seguro que si le pegáis en la cara, se la dejaríais mejor de lo que la tiene- Con esto no puedo evitar olvidarme del todo y seguirle los chistes. Al final, como siempre, los silencios se convierten en risas.
-¡Ey, que están aquí Cristina y Elena!- Dice de repente Liam.-¡Gritad por ellas!
Todos empezamos a hacer ruido en el coche, a movernos de tal manera que empujamos a Louis y también cae al suelo junto a mi hermano, que está confuso como siempre al no entender nada, más aún ahora que hemos pasado del silencio al ruido en cuestión de instantes. Con ambos brazos les rodeo la espalda a las dos y las atraigo hacia mi para que me abracen. Ellas, sin dudarlo ni un segundo, se lanzan sobre mi y con sus risas por encima de la de los demás, me aprietan para poder sentirlas después de tanto tiempo.
-Os he echado mucho de menos- Les digo, con toda la sinceridad del mundo.
Luego se van a por Dani y le dan un abrazo igual de genial, a mi hermano le llenan de besos ya que según ellas es “el niño más adorable de la tierra” Con Louis, Niall y Harry se abrazan y en seguida hablan de momentos graciosos y memorias de cuando se conocieron. A Zayn y a Liam les amenazan con ahogarles con el abrazo que van a darle cuando salgamos de aquí.
Una vez más, son ellos los únicos que me animan cuando peor estoy.


Bajamos de allí lo más rápido posible porque nos estamos muriendo de calor con tanta gente en un espacio tan pequeño. En seguida, Elena y Cristina se apresuran a cumplir su promesa con Zayn y Liam. Cuando Elena abraza a Zayn, es inevitable que la imagen de Perrie se me venga a la cabeza. ¡y más aún ahora, que tiene el acento británico más marcado! Sus ojos azules siguen igual de brillantes y alegres que siempre, y tiene el pelo mucho más largo que la última vez que la vi. También tiene la piel más pálida, y el poco color que había pillado siendo de  España se le ha ido por completo en estos 5 meses. Parece mentira que vengamos de la misma familia.
-Ahora te pareces aún más a una inglesa.
-¡Aish, calla!
-¿Te acuerdas cuando íbamos por Málaga y te hablaban en inglés?
-¡Como aquella mujer que no me dejaba ni siquiera decirle una sola palabra en español!
Entre recuerdo y recuerdo se lanza y me da un gran abrazo, esta vez mucho mejor que el otro en la furgoneta dónde no podíamos movernos. Sus abrazos son muy especiales, porque siempre me levanta por los aires incluso con más fuerza que ninguno de los chicos y me balancea de un lado a otro como quien coge a un bebé.
-¿Niall te sigue diciendo “chiquitaja”? Porque si así es, tiene mucha razón...
-La pregunta es que si dejará de decírmelo alguna vez...
-¿Acaso no te gusta?- Me pregunta, levantando las cejas y con una sonrisilla traviesa.
Hago que se agache para decirle al oído “En realidad me encanta”. En ese momento alguien me coge por detrás, pero esta vez se adivina perfectamente que es Cristina por sus finos brazos y el largo pelo que avanza hasta mi vientre por el impulso.
-¡Eh, que yo también estoy aquí!- Abrazar a Cristina es genial, pero a la vez algo inusual ya que las dos somos igual de pequeñas y yo acostumbro a apoyar mi cabeza sobre el pecho de quien me abraza.
Ella no ha cambiado nada. Sigue igual de bajita y con la misma voz dulce y algo chillona de siempre. Tiene un corte de pelo nuevo, pero solo se ha puesto la raya del flequillo en medio y dos grandes mechones le caen en los hombros, al igual que el resto de su larga melena.
En seguida se une Dani a las tres y por fin siento que estamos el grupo completo. Solo faltan Eleanor, Perrie y Danielle, que aunque no tuvimos tanto trato con ellas, les cogimos un cariño bastante grande y era costumbre verlas siempre en la casa allí en Londres.

Las cuatro nos quedamos en el nuevo hotel de los chicos por petición de ellos mismos, pero nos negamos rotundamente a comer en el restaurante de allí, que seguramente servirá la misma comida de racciones enanas y gusto raro de siempre.
-¡Queremos un McDonalds, queremos un McDonalds!- Coreamos Cris y yo. Ella siempre tan alegre, tan parecida a Louis...
-Las chicas mandan, vamos a un McDonalds... - Dice Niall, que no duda en montarse el primero en la furgoneta.
De camino al McDonalds cada uno va a su rollo. Yo le explico más o menos todo lo que hemos hablado a mi hermano, Dani, Elena y Cris hablan en español, y los chicos ponen el manos libres en el coche y hablan con Paul sobre lo que deben hacer hoy. Para su sorpresa, no hay ensayos, ni reuniones, ni nada nuevo, todo un día libre para que lo disfruten junto a nosotras.
-¡Esta noche, fiesta loooooooca!- Dice Louis, levantando mucho los brazos y alargando la palabra "loca" con ganas.
-Louis, no te desmadres, ¿eh?- Dice Paul, pero Lou ya ha colgado mientras canta una canción chillando tanto que ni siquiera sé cuál es. Está claro que si hoy podíamos relajarnos, con alguien como él será imposible hacerlo. Aunque...¿Estamos en Madrid, con los chicos, Elena y Cris para relajarnos?
Me río de mi misma mientras Cristina me mira.
-Luego la loca soy yo. ¿Te has visto riéndote con cara de psicópata?
Finjo pelearme con ella, pero casi no nos da tiempo cuando llegamos a nuestro destino. Esta vez no solo es Niall el que sale corriendo, sino que todos nos apresuramos a pedir la comida del hambre que nos alcanza conforme pasa cada minuto. Aún saliendo de las últimas de la furgoneta, consigo correr y adelantarles a todos, incluido Niall.
-Pienso comérmelo todo y no dejarte ni un trocito de pan.- Le digo, aminorando la velocidad al pasar a su lado.
-¡Si claro! ¡Ni en broma!- Eso me anima para correr aún más. Cuando llego a la puerta tiro de ella con fuerza, pero sus brazos tiran al mismo tiempo de mi hacia atrás haciendo que caiga y la puerta se tambalee hacia delante y hacia atrás.
-¡Gilipollas, estate quieto!- Le grito, pero él solo aprieta aún más sus muñecas sobre mi vientre-¡Me estás haciendo daño!- Digo, aún más fuerte.
-¿De verdad?- Afloja los brazos dejándolos caer sobre mis caderas y se asoma por mi espalda para acabar mirándome a los ojos. Justo en ese momento le susurro "no" y me desprendo de él con facilidad hasta entrar en el McDonalds. Como era de esperar, hemos montado un espectáculo y la gente nos observa con caras raras. Yo miro al suelo mientras me coloco un mechón de pelo tras la oreja y ando hacia la cola despacio, con Niall detrás mía. Los demás entran sin poder evitar esconder sus carcajadas y se colocan con nosotros.
Por suerte, hemos venido en unas horas muy inusuales para comer y el McDonalds está casi vacío. No hay fans, solo algunos trabajadores que no pueden comer a otra hora y algunos niños con sus padres que seguramente se han encaprichado del juguete que regalan con el menú. Por si acaso, decidimos no entretenernos mucho aquí e irnos al hotel en cuanto comamos. Y así hacemos tras devorar casi todas las hamburguesas que tenían, porque entre la llegada de mi prima y Cris y la pelea estamos comiendo a las 17:46 de la tarde. Pasamos el rato riéndonos de la chica con la que me he peleado y traduciendo alguna de las frases que no habían entendido para que se riesen aún más.

Cuando llegamos al hotel son las 19:20. Entre todo lo que hemos comido, más lo que ha comido Niall ( que como siempre, nos supera a todos) más lo a gusto que estábamos allí, más todo lo que nos teníamos que contar...
No soy lo suficientemente famosa como para decir esto y nunca lo seré, pero echaba de menos esta tranquilidad. Cuando sales con los chicos por la calle, sobretodo allí en Londres, siempre tienes que ir con cuidado. ¡Con mucho cuidado! Cualquier chica que sospeche que "ese chico moreno" es Zayn o le suele la cara de "aquel chico de allí, que se parece a Louis"  puede hacer que en menos de 10 minutos tengas a 50 chicas a tu alrededor. Sin embargo, en este rato que hemos estado comiendo, la preocupación se ha esfumado como la comida que había delante nuestra y nos hemos reído a más no poder cuando hemos visto la hora. ¡Hacía mucho que no estábamos tan tranquilos!
Ahora en el hotel solo tenemos ganas de estar igual, así que decidimos pasear por él y de paso, investigarlo un poco.
Nada más entrar notas que es muy diferente al de Barcelona, ya que el estilo de éste es mucho más moderno cuando el de allí tenía estilo barroco. La recepción de paredes blancas y cuadros de colores pobres y apagados que da un toque aún más sorprendente nos da la bienvenida con varios "¡joder!" por parte de los que no estamos acostumbrados a tanto lujo. Tras el enorme escritorio hay unas cinco escaleras por las que podrían subir 20 personas a la vez, y los escalones se alargan hasta casi el techo. En la parte de arriba hay un cristal que muestra un cielo con solo un par de nubes pequeñas.
-Me encanta este hotel.- Afirmo, recibiendo los "a mi también" de todos.
-Tenemos que ver todo lo que podamos, ¡hoy vamos a la aventura!- Dice mi prima, con su cámara profesional ya en mano y una sonrisa expléndida que muestra lo contesta que está de estar aquí.
Todos seguimos a Liam, que tiene las llaves, y tras montarnos en un ascensor enorme dónde puedes ver el hotel mientras subes, acabamos en las habitaciones. Liam nos reparte las llaves y en seguida metemos las maletas en ellas.
-Pero, Marina, ¿y nuestro hotel? ¡Ya lo tenemos reservado!- Me dice mi prima.
-No te preocupes, antes de irnos por ahí esta noche, vamos y dejamos allí nuestras cosas.
Zayn y Niall deciden quedarse a dormir en sus habitaciones. Aunque los demás nos ponemos muy pesados para que se vengan, ellos nos responden diciendo que no tendrán fuerzas para esta noche si no duermen ahora.
-Pues si es por el bien de esta noche, ¡no se hable más!- Dice Louis, empujándonos a todos para que nos vayamos a el ascensor.
-¿Dónde vamos primero?- Dice Cristina, con ansias de investigar.
-No sé, donde primero pillemos- Contesto, saliendo a paso rápido del ascensor.- ¿Aquello no es un jardín?
Todos nos apresuramos a salir por una gran puerta de cristal que da a un hermoso seto de un verde tan intenso que no parece de verdad con una pequeña puerta de madera entreabierta. Despacio, abrimos y encontramos un enorme jardín lleno de flores de colores por todos lados, de tantos tonos que es imposible que en un solo vistazo captes  la belleza del lugar.
En seguida mi prima investiga los mejores ángulos para hacer fotos y a parte del cantar de las aves y la caída del agua de las fuentes, se oye el "click" de su cámara cada segundo. Yo encuentro unos setos haciendo un laberinto y no dudo en meterme con Dani y mi hermano hasta finalmente perdernos. Intentamos seguir la voz de Liam para salir, y cuando lo hacemos Dani se lanza en sus brazos y con la frase "Alfonso, molestamos, vámonos de aquí" les dedico unas risas y sigo investigando de la mano de mi hermano.
Al cabo del rato nos encontramos con un estanque de peces en el que Louis amenaza con hundirme, pero finalmente casi es él el que cae al fondo gracias a un suave empujón de Elena cuando estaba despistado. También descubrimos una cascada pequeña que cae desde lo que parece ser un bosque. Nos aventuramos a mojarnos y a beber agua, por lo que cojo la cámara de mi prima y le hago fotos mientras muy feliz se ríe con Cris, le gasta bromas a Louis o salpica a Harry. También capturo más de un beso de Liam y Dani o me hago alguna que otra foto a mi misma haciendo el tonto diciendo "¡esta la borro!" incluso antes de comprobar si salgo bien o no.
Se nos olvida dónde estamos  hasta que  encontramos otra puerta de madera que nos devuelve al hotel . Tras esa, hay otra de cristal, pero esta vez da a una piscina bastante normal, pero con toboganes que la hacen flipante. Hay niños tirándose por ellos y gente tomando el sol o nadando en la piscina con sus amigos. Como era de esperar, uno de nosotros iba a acabar en esa piscina con ropa. Elena no podía ser porque tenía la cámara en la mano y se negaba a soltarla, Harry ha huído por una puerta que había esquinada y a saber dónde está ahora, yo he decidido seguirle en cuanto le he visto salir a tanta velocidad, y como iba de la mano de mi hermano es Cristina la que acaba sola para más tarde estar entre los brazos de Louis y pataleando en el aire antes de acabar mojada de arriba a abajo. Eso sí: ha sido lista y ha tirado el bolso al suelo antes de caer.
Mi hermano huye adentrándose por un pasillo, pero yo me paro a descansar porque estoy sudando de tanto ir de un lado para otro. Desde detrás de un portón azul y mirando por una rendija, observo como Louis entre risas le tiende la mano a Cris y le ayuda a salir del agua por unas escaleras plateadas. Como era de esperar, Cristina no acepta su mano y además le hace la peseta a Elena, que no para de tomar fotos mientras su cara se vuelve roja y su risa muy aguda.
-Vamos a buscar a los otros, ¡no voy a ser la única que acabe mojada hoy!- Oigo decir a Cristina, y en seguida salgo corriendo de nuevo para esconderme. Al darme la vuelta me doy cuenta de que detrás mía hay un pasillo algo oscuro, pero no dudo en ir por él cuando sus pasos se oyen cada vez más cerca.

Sigo corriendo hasta que no oigo nada, absolutamente nada. Ya no llegan a mis oídos las voces de Cris, Elena y Louis, ni siquiera oigo el bullicio de la gente en la piscina. A mis oídos solo llega un molesto sonido de una luz que se enciende y se apaga dejándome a oscuras por segundos. Ahora me arrepiento de haberme metido aquí porque da mucho mal rollo y no parece que haya nadie, así que decido parar con el cachondeo. Recupero mi respiración normal y camino mucho más tranquila sobre mis pasos. Tengo que girar varias veces en bastantes esquinas y me pregunto cómo coño he llegado aquí corriendo en tan poco tiempo. Pero cuando de verdad la confusión me alcanza es cuando me encuentro con tres pasillos. ¿De dónde han salido estos tres pasillos? ¡Si yo he ido en línea recta, ni siquiera sé de dónde han salido todas las curvas!
En uno de ellos se pueden ver telarañas, una fregona y varios trapos viejos en la penumbra. El del medio ni siquiera tiene luz y el otro parece el más normal, pero no me atrevo a ir. ¿Y si no es este? Definitivamente: me he perdido.
Desbloqueo mi móvil e intento llamar a alguien, pero no tengo cobertura. Ahora es cuando de verdad me siento atrapada y el pánico hace que empiece a hablar en voz alta.
-¿Hola? ¿Hola? ¿Holaaaaaa?- Cada vez hablo más fuerte, pero solo me responde mi propio eco en este sitio tan vacío.- Seguro que soy la única persona que se ha perdido aquí. Me pasa por ser tan gilipollas...
Cuando empiezo a hablar conmigo misma oigo un leve ruido que hace que me gire al segundo. Como era de esperar, no hay nada, pero ahora los nervios me toman y no puedo moverme. Con las manos cruzadas sobre los brazos, avanzo hacia delante muy lentamente. En el pasillo solo se ve la oscuridad conforme se estrecha.
-¡Marina!- Una voz hace que pegue un gran salto y caiga por culpa de mis piernas torpes. Mi grito penetra cada centímetro de las paredes blancas de mi alrededor y mis ojos se abren más que nunca cuando al darme la vuelta sobre el suelo lleno de polvo grisáceo veo a Harry con semblante confuso y divertido a la vez.
-¡Harry, me cago en tu madre!- Le digo ahora con un hilo de voz tras dejármela toda en el gran grito.
-¡Eh, que mi madre no te ha hecho nada!- Me da la mano para que me levante y yo le cojo del brazo para dejárselo lleno del polvo en el que parece que me he bañado. Se ríe mientras se sacude y yo hago lo mismo en todo mi cuerpo.
-¡No puedes aparecer de la nada en este sitio fantasmagórico y pretender que no me asuste, cabrón!
-¡Ya vale!- Me manda a callar poniendo su dedo en mi boca y yo no dudo en morderlo.- Eh, no te enfades conmigo, yo también estaba pasando miedo.
-¿El machote Styles estaba pasando miedo?- Pongo mis manos sobre mi cara y abro la boca y los ojos intentando parecer lo más sorprendida posible- Qué adorable, si en realidad eres un niño miedica- Ahora jugueteo con su pelo mientras le agarro un moflete y el pone caras raras.
-¿Tienes cobertura?
-No..
-Yo tampoco, pero supongo que ahora será más fácil salir, ¿no?
-¿De dónde venías tu?
-De aquel pasillo- Señala al que tiene luz y yo suspiro aliviada.
-Pues vamos por ahí.
Al rato de ir andando se empieza a reír de mi reacción cuando ha dicho mi nombre y yo me defiendo diciendo que es un niño miedica con voz ridícula.
-Vale, ahora en serio- Para de reírse poco a poco hasta que en su cara solo se queda una sonrisa.- ¿Te has hecho daño?
-Bueno, aquí me escuece un poco, pero no es nada...- Le señalo en mi brazo una rozadura bastante grande de la que no me había percatado hasta que no se me ha ido el susto del todo. Harry se acerca y me coge el brazo con delicadeza mientras la observa.
-Hay que curarla para que no se infecte. Creo que ya estamos a punto de salir de aquí. Te cae algo de sangre, espera.- Saca del bolsillo de sus pitillos negros ajustados un pañuelo y con cuidado quita la gota de sangre que se estaba derramando.
Durante estos 5 segundos que nos quedamos callados se apaga la luz de golpe, lo que hace que como buena miedica de mierda que soy vuelva a chillar. Pero mi grito se corta inmediatamente cuando siento los brazos de Harry aferrarse a mi a la velocidad de la luz. El impulso hace que sienta sus pectorales sobre mis mejillas y que mis brazos se abalancen hasta casi abrazarle, así que los cruzo del todo y permanecemos así hasta que unos segundos más tarde la luz vuelve.
 Levanto mi cabeza. Él lo hace al mismo tiempo, así que nos miramos. Sus ojos de ese verde transparente tan bonito muestran confusión y quizás algo más. Ese algo más es el que me altera. Algunos rizos que se habían quedado atrás caen sobre su frente mientras que sus labios se mueven sin decir nada. Casi sin darme cuenta tengo su nariz pegada a la mía. Entonces, cierra los ojos y se inclina aún más.
Pero esta vez no cometo el mismo error que aquel día en Londres.
-Harry, no.
En seguida se separa y se aleja. Se susurra a él mismo que es un imbécil y varias cosas más que no tolero que se diga.
-No vuelvas a decirte eso, ¿eh?- Elevo el tono de voz, pero él no me hace caso. Le cojo de los hombros y hago que vuelva a mirarme a los ojos.- ¡No vuelvas a decirte eso!
Me mira con incluso más intensidad que cuando casi me besa.
-He sentido fuego dentro de mi mientras esa niña te gritaba y te decía estupideces que ni siquiera entendía. Ha sido ahí cuando me he dado cuenta de que aún te tengo muy adentro.
Silencio.
-Te quiero, Marina.
-Y yo a ti, Harry, de verdad. Te quiero muchísimo- Le acaricio las mejillas con ambas manos.
Él lanza su mirada al suelo, al igual que sus sentimientos al fondo de su cabeza otra vez.
-No de la misma...
-No de la misma manera que tu,- termino lo que seguro que iba a decir- Pero te quiero. Y te querré siempre, ¿eh?- Le doy la mano suavemente y consigo que esboce una sonrisa.
Su móvil suena devolviéndonos a la realidad. Es Cristina.
-Eso es que estamos cerca de la salida, vamos.

Caminamos en silencio de la mano y siento estar cogiendo al chico más frágil del mundo.